El primer bombardeo a un palacio presidencial en Sudamérica: el día en que atacaron la Casa Rosada
Hace 60 años, La Marina y la Fuerza Aérea argentina atacaron el centro cívico de Buenos Aires, con un saldo de más de 150 muertos.
Cuando uno piensa en un bombardeo a una casa de gobierno, las primeras imágenes que se vienen a la cabeza son las de 11 de septiembre de 1973, cuando el Palacio de La Moneda fue atacado por aviones de la Fuerza Aérea, en el Golpe de Estado que derrocó al Presidente Salvador Allende. Pero ese ataque no fue el primero, donde las propias FFAA atacaban una sede de gobierno en Sudamérica. 18 años antes de la caída de la Unidad Popular, otro palacio de gobierno fue blanco de un bombardeo.
El 16 de junio de 1955, hace 60 años, la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo argentino, fue atacada por aviones de la Marina y de la Fuerza Aérea argentina, en un intento de derrocar al presidente constitucional Juan Domingo Perón.
Argentina vivía un ambiente de agitación social, entre sectores conservadores y el gobierno peronista, que había iniciado una dura disputa con la Iglesia Católica.
Perón había llamado a un acto en respaldo al gobierno para el 16 de junio, en la Plaza de Mayo. Ahí pasarían aviones de la Fuerza Aérea como parte del evento. Esa mañana, a primera hora, el presidente transandino fue alertado por el servicio de inteligencia, que el palacio de gobierno podría ser bombardeado por esos aviones. En un principio, Perón desestimó la información, pero ante extraños movimientos en algunas bases navales, decidió dejar la Casa Rosada y trasladarse al Ministerio de Defensa.
El plan de los golpistas señalaba las 8.00, como la hora en que despegarían los aviones para iniciar el ataque, pero la neblina retrasó el inicio. A las 10.45 salieron los primeros aviones, muchos de ellos con una cruz y una “V” pintadas en sus alas junto a la leyenda “Cristo Vence”.
En la Plaza de Mayo ya había gente apostada esperando el acto oficialista cuando la primera ola de aviones abrió fuego, pasado el mediodía. Bombas y metrallas cayeron sobre el centro cívico de Buenos Aires y sobre cientos de civiles.
Una de las primeras bombas cayó sobre un bus colmado de pasajeros. Todos murieron. También fueron blanco la sede de la CGT (Central general de Trabajadores) y la casa presidencial. En total, cerca de 30 aviones dominaban el aire y disparaban contra la Casa Rosada.
En tierra, tropas rebeldes iniciaron viaje al palacio de gobierno para asaltarlo y sellar el Golpe de Estado, pero el Ejército argentino, leal a Perón, montó rápidamente armamento antiaéreo y fuerzas de infantería se sumaron a la defensa del Palacio. Los sindicatos también reaccionaron y dispusieron grupos armados a la defensa del régimen constitucional.
Cuando las tropas sublevadas intentaron acercarse al centro cívico, fueron duramente repelidas y tuvieron que retroceder. Se inició una batalla calle por calle y los rebeldes quedaron encerrados en el ministerio de Marina.
La derrota en tierra fue clave para cargar la balance en favor de Perón. Al final, los aviones que habían iniciado el ataque emprendieron vuelo a Uruguay, donde la mayoría de los sublevados solicitó refugio.
El balance del bombardeo a la Casa Rosada y el centro cívico de Buenos Aires dejó entre 150 y 370 muertos y casi mil heridos.
El gobierno de Perón había salido airoso, pero tres meses después caería tras un nuevo levantamiento “cívico militar”, que impondría una dictadura.
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