Histórico

Fallecimiento de Alfonso Baeza

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Señor director:

El deceso del padre Alfonso Baeza (estoy seguro que hubiese preferido ese trato dada su sencillez) deja un enorme vacío en la Iglesia Católica.

De profesión ingeniero, una vez recibido optó por el sacerdocio al que se consagró con toda su alma y dedicación. Era un sacerdote a quien se podía recurrir en busca de ayuda, consejo o para celebrar un sacramento, encontrando siempre su comprensión y solidaridad. Haciendo carne el legado de Cristo, se entregó con generosidad al servicio de los trabajadores y de sus organizaciones, primero en la Juventud Obrera Católica, luego en el Movimiento Obrero Católico y finalmente en la Vicaría de Pastoral Obrera.

Fue valiente y decidido en la etapa oscura de la dictadura, sin rehuir los riesgos que le significaron ser defensor y sostén de las organizaciones sindicales. No vaciló en comprometer a la Vicaría su cargo para oponerse a las medidas legales que se aprobaron en esa época, y que según sus convicciones perjudicaban a los trabajadores; también cuando algunas de ellas fueron canceladas y sus dirigentes perseguidos.

Sin embargo, se sentía igualmente cómodo en las labores propiamente sacerdotales, por lo que con gusto cumplió, una vez concluidas las anteriores, sus tareas como párroco del Sagrado Corazón.

Fue un amigo leal y siempre dispuesto a brindar su ayuda a quien lo necesitara. Vivió modestamente, en una casa que compartía con otros sacerdotes en la población José María Caro, lo que muestra en forma palpable su consecuencia con los principios del cristianismo que iluminaron su vida. Nos hará mucha falta, pero su ejemplo y legado lo harán permanecer siempre entre quienes tuvimos el bendito privilegio de ser sus colaboradores.

Jorge Donoso Pacheco

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