El proyecto de ley que permite a entidades no bancarias emitir tarjetas con provisión de fondos "llena una necesidad importante", dice Felipe Morandé, ex ministro de Transportes en el mandato de Sebastián Piñera. Sobre todo, porque tiene el "propósito de incluir a segmentos socioeconómicos que hoy están fuera de la banca", apunta, aludiendo a sectores de menores ingresos. Por eso la iniciativa debe aprobarse rápido, afirma.

No obstante, plantea reparos a la indicación, ingresada por el gobierno, que incluye a Metro en la emisión y operación de plásticos de prepago a través de la tarjeta bip! Expone que la presencia del tren urbano en este mercado puede consolidar la "posición monopólica de Transbank".

¿Qué le parece la indicación que permite a Metro emitir y operar tarjetas de prepago?

Creo que Metro debe focalizarse más en Transantiago que en expandirse a negocios que no conoce muy bien (…) Llegar a un negocio financiero en el que no tiene expertise y donde habría envuelto un costo alto, me parece que es de dudosa valía.

¿Le sorprendió esta indicación?

Sí, en el sentido de que el foco debería estar en resolver el tema del transporte público. Transantiago presenta problemas en evasión, cobertura y calidad de servicio. Veo a Metro más concentrado en eso, que son problemas mucho más urgentes para la gente.

Entonces, ¿valora bien el proyecto pero sin indicación?

Debe aprobarse rápido en lo medular, que es la posibilidad de que instituciones no bancarias puedan emitir y operar tarjetas de prepago. Lo de Metro apareció a último momento y se ha discutido poco. Me habría gustado que se hiciera con un proyecto diferente (…) ¿Qué utilidad tiene para la empresa? Seguro que no le va a incrementar las utilidades, porque el presidente de la compañía (Rodrigo Azócar) ha dicho que quieren cobrar la menor tarifa posible.

¿Es viable la idea, considerando que se podría cobrar incluso $ 0?

Es imposible que la comisión que pudiera cobrar sea $ 0. Hay costos involucrados: la inversión en el upgrade (modernización) de su tecnología y, luego, el esfuerzo para colocar las tarjetas y afiliar a los comercios. Aun si esto lo delegara en Transbank, la operación, tendría que pagarle por ese servicio. El costo $ 0  es un mito, a menos que esta operación sea subsidiada por el Estado. La pregunta que uno se hace ahí es: ¿queremos que Transantiago reciba más subsidios de los que ya recibe? Es bien discutible.

Azócar dijo que no se han hecho cálculos y que el modelo y el caso negocios no están cerrados. 

Eso revela que esto se está discutiendo con demasiada premura (…) Que no tenga el modelo de negocio significa que no está claro lo que de verdad quieren hacer.

Tampoco se ha estimado la inversión, más allá del upgrade.

Metro tiene que gastar, según estimaciones que reveló el presidente, entre US$ 27 millones y US$ 29 millones para el upgrade. Pero lo que hay que hacer para convertir esa tarjeta en un medio de pago de uso universal, no es menor. Eso no está estimado. Podría ser una cantidad importante. ¿Quién la va aportar? ¿El Estado va a poner US$ 50 millones, US$ 80 millones, en momentos en que el país no está en condiciones de hacerlo?

La banca ha dicho que la estatal gozaría de una garantía estatal implícita. ¿Coincide?

Hay un riesgo. La experiencia reciente del apoyo financiero a TVN revela que el estado puede desnivelar la cancha en favor de las empresas públicas. Por tanto, eso genera una duda razonable de qué va a pasar en el futuro con Metro, sobre todo si además tiene este propósito de tener comisiones bajas o $ 0.

En favor de la propuesta se ha dicho que podría competir con Transbank. ¿Lo ve así?

Si Metro se incorpora al mercado de tarjetas de prepago, podría consolidar la posición monopólica de Transbank.

¿En qué sentido?

Supongamos que Metro asume esta tarea de emitir tarjetas de prepago. Para que sea de utilidad para el usuario, tiene que ser aceptada en muchos comercios. Eso implica un esfuerzo de convencer a los comerciantes (adquirencia). En segundo lugar, tiene que contar con una plataforma tecnológica y de comunicación para que las transacciones puedan realizarse en forma remota, cosa que tampoco tiene Metro hoy. Tendría que hacerse de ello. Transbank tiene afiliados del orden de 90 mil comercios. Que Metro llegue a hacer lo mismo de la nada, parece una tarea muy grande y costosa.

Puesto Metro en la disyuntiva de entrar a este negocio como emisor, ningún problema, pero como operador sí que tiene problemas. ¿A quién va a recurrir para la operación de la tarjeta, en adquirencia y plataforma tecnológica? A Transbank. Y, por tanto, le daría un mayor volumen de negocios, consolidándola como institución dominante en este tipo de actividades.