A las 8:15 horas los accesos del Internado Nacional Barros Arana (Inba) fueron cerrados por los inspectores del establecimiento. Serían abiertos minutos más tarde para que un grupo de alumnos rezagados se integrara a las clases que ya habían comenzado.

De esta forma, los casi 2 mil alumnos del Inba volvieron esta mañana a la normalidad tras la muerte de su compañero Carlos Droguett Díaz, de 16 años, ocurrida el pasado lunes, tras caer desde el tercer piso del establecimiento.

Mientras a las 16 horas comenzarán los funerales del escolar en la localidad de Quinta de Tilcoco, a esa misma hora la mayoría de los alumnos concluirá la jornada escolar. Para los alumnos que quieran asistir se dispuso de cinco buses que saldrán desde el establecimiento, ubicado en la comuna de Quinta Normal, en dirección a la comuna de la VI Región. Se espera que éstos salgan rumbo a la zona donde vive la familia del menor en los próximos minutos.

Serán más de 30 profesores, casi 200 alumnos, además de apoderados, que se unirán al dolor de los familiares de Carlos Droguett, para darle el último adiós.

Durante esta jornada, los padres han estado coordinando las inscripciones con la dirección del colegio y los propios alumnos. Si bien algunos de ellos, que llegaron esta mañana coincidían en que tras la muerte del adolescente la comunidad escolar debía dar vuelta la página, manifestaron su preocupación por los alumnos internos, como también por los estudiantes de séptimo y octavo básico que este año se integraron al recinto y que tuvieron que ser testigos del fatídico hecho.

La presidenta del Centro de Padres del Inba, Amalia Bravo, dijo que a partir de ahora habrá que hacer un trabajo de orientación con los niños. "Vamos a tener que conversar con el rector, ya que quedó un tema pendiente, qué vamos a hacer con los niños internos y los que vienen entrando".

Ximena, otra de las apoderadas, contó que "los chicos vienen de una situación social difícil, hay niños de séptimo y octavo básico de 12 años, por lo que se requiere un trabajo de orientación, apoyo psicológico y de las mismas familias".

Respecto a la tesis del suicidio, los padres prefieren creer que todo se trata de un accidente. Lejos de caer en críticas hacia el establecimiento, apoyaron la posición que tuvo el colegio desde el principio. "El colegio tiene una fortaleza tremenda, no sólo en cuanto a infraestructura, eso de que aquí hubo juegos nocturnos no es cierto, pero por la infraestructura del establecimiento sería imposible tener tantos inspectores para controlar lo que hacen los niños".

La Policía de Investigaciones apunta a que la tesis de mayor fuerza es la del suicidio y, a la vez, están a la espera que se evacúe el informe con el tráfico de llamadas del celular que se encontró en poder del adolescente en el lugar del accidente.

El subcomisario de la Brigada de Homicidios, Víctor Hernández, declaró a radio Cooperativa que "hay un lapso de tiempo que tenemos que establecer qué ocurrió entre el momento en que se despide de sus padres y el momento en que ocurre el deceso y eso es lo que estamos tratando de reconstruir". 
 
La investigación busca aclarar la última llamada que realizó o recibió Carlos Droguett entre que se separó de sus compañeros y su muerte. Con ello, la policía busca determinar cuál era el estado anímico del joven en ese momento.