La intendenta de la Región del Biobío, Jacqueline van Rysselberghe, anunció que a las labores de reparación del Puente Llacolén iniciadas la semana pasada, se sumarán ahora los trabajos de demolición del Puente Viejo, totalizando ambos proyectos una inversión que supera los seis mil millones de pesos y marcando un importante avance en el mejoramiento de la conectividad con la provincia de Arauco.

En la oportunidad, la máxima autoridad regional se reunió con los alcaldes de San Pedro de la Paz y Concepción y representantes de la empresa española Sacyr, que se adjudicó este trabajo y que inició la instalación de faenas.

El monto destinado es de 1.989 millones de pesos y el plazo para la demolición del tradicional viaducto es de 240 días y dentro de las tareas que involucra, se considera el retiro de los escombros en los próximos 60 días.

Van Rysselberghe precisó que resulta relevante efectuar esta demolición por razones de seguridad ante una eventual crecida del río, porque puede actuar como represa.

Al respecto, puntualizó que "para evitar eso, se va generar un pretil desde la instalación de faenas, que está 150 metros aguas arriba, para poder ir demoliendo e ir retirando los escombros del puente". Además enfatizó que los escombros van a ser llevados a un botadero en donde se van a reducir y reciclar para no acumular basura.

En la ocasión y ante trascendidos y rumores, aclaró que durante las reparaciones no se cerrará el Puente Llacolén y que no se extenderá la restricción vehicular a los fines de semana, porque precisamente uno de los requisitos que debe cumplir la empresa ejecutora es no afectar el actual tránsito por ese viaducto, que sigue siendo la única vía hacia la provincia de Arauco.