Investigación revela que insulina protegería al cerebro del Alzheimer
Evitando que las neuronas se llenen de toxinas que influyen en la pérdida de la memoria y en su correcto funcionamiento, científicos lograron demostrar que se puede prevenir el daño neuronal y evitar el Alzheimer.
Una de las principales causas que se asocian a la pérdida de memoria y el deterioro de las neuronas que ocurren con el Alzheimer está relacionada con la acumulación de ciertas sustancias tóxicas en las células nerviosas. Hay personas que tienen mayores probabilidades de que esto les ocurra y, como lo han señalado investigaciones anteriores, los diabéticos son un grupo de ellos.
Precisamente en esa línea va el nuevo descubrimiento de un equipo de científicos estadounidenses y brasileños, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que concluye que la insulina -hormona que no funciona bien en los diabéticos- podría ser una aliada en la lucha contra el Alzheimer, ya que bloquea la acción de las toxicidades que atacan a las neuronas. El resultado fue sorprendente, como explica William Klein a La Tercera, profesor de Neurobiología de la Northwestern University (EE.UU.) y autor principal del estudio: las neuronas simplemente no pudieron ser contaminadas y, por lo tanto, estaban sanas en un 100% ante la amenaza de esta enfermedad.
EL EXPERIMENTO
Las personas que sufren Alzheimer acumulan en las células del cerebro unas proteínas denominadas beta-amiloides. Como explica Jorge González, neurólogo y jefe del programa Trastornos de la Memoria de la Universidad Católica, estas toxinas se producen a partir de la proteína precursora del amiloide, una sustancia que, al ser eliminada del organismo, se fragmenta y genera este subtipo beta-amiloide, que se deposita en las neuronas de algunas personas con mayor vulnerablidad a ella.
Klein y sus colegas partieron de la hipótesis de que existen mecanismos celulares capaces de proteger a las neuronas de la toxicidad producida por la acumulación de los beta-amiloides y que uno de ellos podría ser la acción de la insulina.
Entonces, tomaron neuronas del hipocampo -zona del cerebro donde se almacena la memoria- y en el laboratorio imitaron la amenaza de los beta-amiloides, para luego tratar las células nerviosas con insulina y rosiglitazona, un fármaco antidiabético que actúa reduciendo los niveles de azúcar en la sangre. El equipo logró así descubrir que la hormona bloqueaba el ataque de los tóxicos a las células nerviosas y, a su vez, el fármaco hacía que se necesitaran dosis más bajas de insulina para proteger a las neuronas del efecto tóxico.
RELACIÓN CON LA INSULINA
Cuando la insulina se une a su receptor en las neuronas, provoca cambios bioquímicos en la célula cerebral. "En nuestro estudio, extrajimos el emocionante descubrimiento de que uno de los cambios inducidos por la insulina fue una reducción de los receptores a los que los beta-amiloides se unen", dice Klein. Esto significa que los beta-amiloides simplemente no pueden entrar a la neurona cuando la insulina y su receptor están funcionando correctamente.
"Desafortunadamente, a medida que envejecemos, la insulina y sus receptores neuronales comienzan a funcionar mal, sobre todo en los pacientes con diabetes", comenta Klein. De hecho, según un estudio sueco del Instituto Karolinska, mostró que personas que tenían un leve aumento del azúcar en la sangre, es decir, una diabetes inicial, llegaban a tener un riesgo 70% mayor de enfermar de Alzheimer, respecto de quienes no tienen diabetes.
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