Señor director:

Recientemente nos hemos enterado de que el gobierno de Chile ha declarado como áreas protegidas tres zonas de alto valor ecológico. Una de ellas es el parque marino de 150 mil km2 de la isla Salas y Gómez, lo que permitirá ampliar la zona marítima total protegida, junto a la creación de uno de los tres parques marinos más extensos de Latinoamérica.

De la misma manera en que se ha planteado la necesidad de tomar medidas para la protección de la biodiversidad marina, sería conveniente pensar en políticas orientadas hacia la preservación, rescate y conservación de nuestro patrimonio subacuático, que se extiende a lo largo de todo el país y que está constituido por materiales de gran relevancia histórica.

Todavía no se han dado las condiciones necesarias para que, primeramente, se estudie el patrimonio cultural existente bajo el agua y luego pueda ser recuperado, tal como lo han hecho otras naciones.

De esta manera, y producto de una débil investigación, se ha perdido parte importante de este patrimonio y muchas veces, que es lo más preocupante, ha pasado a formar parte de colecciones particulares.

Para que esta situación no continúe, debemos crear conciencia de que el mar, más allá de ser un recurso comercial o fuente de valiosa biodiversidad marina, también es y ha sido testigo de nuestra historia, guardando en sus profundidades ricos testimonios que todavía tienen mucho más que decirnos sobre nuestro pasado y cultura.

Elías Tramón Martínez

Dir. ejecutivo Corporación Patrimonio Marítimo de Chile