Histórico

Juez del caso por atentado a la AMIA rechaza apartarse de la investigación

En abril, un tribunal de Buenos Aires confirmó además el procesamiento del ex presidente Carlos Menem, por el presunto encubrimiento en la investigación.

Un juez argentino rechazó apartarse de la investigación que lleva adelante por el atentado perpetrado en 1994 contra la sede de una mutualista judía en Buenos Aires, en el que murieron 85 personas.

El Centro de Información Judicial indicó que el magistrado Rodolfo Canicoba Corral rechazó un pedido de recusación en su contra presentado por la defensa de Alberto Kanoore Edul, involucrado en el caso.

El juez también denegó un pedido para que el fiscal del caso, Alberto Nisman, sea apartado de la causa que investiga la voladura de la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.

La defensa de Kanoore Edul había responsabilizado al magistrado por irregularidades supuestamente cometidas por el fiscal, algo que fue rechazado por Canicoba Corral.

El empresario de origen sirio-libanés Alberto Kanoore Edul está involucrado en la causa porque antes del atentado, perpetrado el 18 de julio de 1994, se contactó telefónicamente con el vendedor de la camioneta que fue usada como coche-bomba para cometer el atentado.

La causa principal por el atentado contra la mutualista judía está volcada hacia la "pista iraní" por la presunta complicidad del gobierno de Teherán con el grupo integrista musulmán Hizbulá.

En abril pasado un tribunal de Buenos Aires confirmó el procesamiento del ex presidente argentino Carlos Menem (1989-1999) por el presunto encubrimiento en la investigación del atentado contra la AMIA.

También han sido procesados por la misma causa Munir Menem, hermano del ex mandatario, los policías retirados Jorge Palacios y Carlos Castañeda, y los antiguos directores de los servicios secretos Hugo Anzorreguy y Juan Carlos Anchezar.

Precisamente, estos procesados están acusados de haber desviado la investigación para no comprometer a Kanoore Edul.

El de la AMIA fue el segundo de los ataques terroristas perpetrados contra intereses judíos en Argentina, donde en 1992 explotó una bomba frente a la embajada de Israel en Buenos Aires y causó la muerte de 29 personas y cientos de heridos.

La comunidad judía y la Justicia de Argentina atribuyen a Irán y a Hizbulá la planificación y ejecución de ambos atentados.

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