Sólo en el mundo del espectáculo y en el de Kobe Bryant se puede entender que en tan sólo ocho meses, la estrella de los Lakers de Los Angeles pasase de ser un profesional infeliz pidiendo a gritos su traspaso, a convertirse en el ganador del premio de Jugador Más Valioso de la NBA (MVP).

Bryant no sólo vio cumplido su gran sueño, sino que además unió su nombre al de los legendarios Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson y Shaquille O'Neal como ganadores del premio máximo individual de la liga en la historia de los Lakers.

La gran temporada de Bryant, "la mejor de profesional", como el jugador reconoció en rueda de prensa, permitió a los Lakers volver a ser los líderes de la Conferencia Oeste y uno de los equipos favoritos a luchar por el título de liga, aunque la llegada del pivote español Pau Gasol, tuvo mucho de influencia.

"Lo único que puedo decir es que considero el premio como una bendición y un honor, pero este año también deseo otro trofeo", declaró Bryant, en referencia al anillo de campeón.

"Es un trofeo que nunca hubiese podido ganar por mi mismo", declaró Bryant. "No tengo suficientes gracias para darles a estos que son mis compañeros y hermanos", agregó.

Bryant el trofeo Maurce Podolof de manera oficial de manos del comisionado de la NBA, David Stern. Y eso ocurrirá en el inicio del segundo partido de la eliminatoria de semifinales de la Conferencia Oeste que disputan contra los Utah Jazz, en el Staples Center.

Los Lakers buscan conseguir la ventaja de 2-0 para viajar luego a Salt Lake City sin presión.

El entrenador de los Lakers, Phil Jackson, dijo que el premio fue justo porque no había ningún otro jugador en la liga que se lo mereciese más que Bryant.

"Ha trabajado más que nadie por alcanzar sus metas", subrayó Jackson, quien también tuvo a su cargo a otras figuras en el momento en que fueron premiadas, como Michael Jordanen en cinco oportunidades y también Shaquille O'Neal.