La primera vez que apareció una bandera roja en Rusia, 12 años antes de la revolución bolchevique
<div>Fue en 1905 cuando el acorazado Potemkin llegó a Odesa ondeando el estandarte rojo, tras ser tomado por sus marinos.</div><div><br></div>

El acorazado Potemkin era uno de los buques de la Flota del Mar Negro, de la Rusia zarista. La armada del imperio del zar Nicolás II vivía momentos complicados, tras una humillante derrota a manos de Japón en 1905.
El alto mando había endurecido el trato con la marinería y la disciplina se había transformado en el eje de la flota zarista, generando una fuerte tensión social entre marinos y oficiales. En este contexto, una pequeña chispa desató toda una tormenta.
En junio de 1905, algunos marinos del acorazado de Potemkin se negaron a comer la carne entregada en las raciones de la nave. ¿La razón? lucía evidentes señales de descomposición. Lejos de atender los reclamos, la oficialidad reaccionó con mano dura y, mientras la nave se encontraba en alta mar, reunió a los marinos que se oponían a comer. Se desconoce si la decisión de la oficialidad era efectuar un fusilamiento o alguna medida disciplinaria menor, pero lo concreto es que fue ahí donde estalló el motín.
El barco fue tomado por la marinería, tras asesinar a siete de los 18 oficiales, entre los figuraba el capitán de la embarcación. Los marinos, además, tomaron el barco de aprovisionamiento del Potemkin.
Fue así como el 14 de junio, hace 110 años, el Potemkin llegó al puerto de Odesa ondeando una bandera roja. La ciudad estaba detenida por una huelga general y la llegada del buque de guerra fue celebrada por los huelguista. Fue así como 12 años antes de la revolución que impondría un régimen comunista, los rusos veían por primera vez una nave de la flota con una bandera roja en su mástil mayor.
En medio de la huelga y ante la llegada de tropas zaristas, el Potemkin realizó un par de disparos de sus cañones contra edificios militares y luego dejó el puerto.
La tripulación efectuó varios llamados a diferentes países para se sumaran a su cruzada contra del régimen zarista, pero no recibió apoyo.
Desesperados ante la falta de provisiones y combustible, intentaron recalar en puertos rumanos y rusos, pero fueron repelidos. Ya sin más opciones, los marinos enfilaron a Rumania, donde entregaron la nave, que luego los rumanos devolverían a Rusia.
De los marinos sublevados, la mayoría permaneció en Rumania, mientras que los que decidieron regresar a Rusia, fueron capturados y fusilados.
Película
Al final, el motín de Potemkin no tuvo consecuencias mayores, pero tras el triunfo de la revolución bolchevique, el hecho se transformó en un ícono para la formación de la Unión Soviética. Años después, en 1925, el célebre director soviético Serguéi Eisenstein inmortalizó el motín en el film El Acorazado Potemkin.
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