Las obras del escultor Canova se dan cita en Italia
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Del Vaticano a Rusia, media Europa contribuye a la más importante exposición retrospectiva dedicada a Antonio Canova, sublime escultor a caballo de los siglos XVIII y XIX, que supo recuperar la belleza clásica del arte griego, a veces superándola como en el caso de la Venus Itálica, ahora en Palacio Pitti.
La cita es del 25 de enero al 21 de junio en Forlí (centro de Italia), en la ex iglesia de Santo Domingo, transformada en un magnífico museo y sala de exposiciones que recuerda así al artista que realizó tres esculturas para la ciudad, una de las cuales desgraciadamente no se podrá ver al haber desaparecido tras un misterioso crimen ocurrido a principios del siglo XIX.
En efecto, la "Bailarina con el dedo en el mentón", esculpida en 1814, desapareció contemporáneamente con el asesinato del propietario, el banquero Domenico Manzoni, un crimen sangriento que fue acallado prontamente por la policía de la época con el resultado que nunca se halló ni al asesino ni a la estatua.
Para compensar a la familia, de la que era gran amigo, Canova esculpió la estela funeraria de la tumba del banquero que aún se conserva en la iglesia de la Santísima Trinidad.
En cambio, figurará en la exposición la Hebe, realizada en 1817 para la condesa Veronica Guarini.
En vida, Canova fue celebrado como el más grande escultor de todos los tiempos, comparable con Miguel Angel y con Fidias y los demás artistas de la Grecia antigua. Una fama que no ha ido mermando con el tiempo a pesar de que el clasicismo ha pasado de moda en numerosas ocasiones.
Gracias a esta popularidad, las exposiciones que le han sido dedicadas se han multiplicado enormemente sobre todo en el siglo XX (Venecia, Roma, San Petersburgo, Berlín, etc.) pero la que se abre dentro de dos semanas en Forlí es diferente porque afronta no solo el arte de Canova sino también el neoclasicismo de un Rafael, un Tiziano o un Bernini.
La exposición documentará tambien la actividad de Canova como dibujante y pintor con los bosquejos preparatorios inspirados en los modelos de la antigedad y las magníficas acuarelas de bailarinas acabadas de restaurar y difíciles de admirar por la fragilidad de los folios.
Se podrá además comparar la Hebe de Forlí con la otra Hebe que Canova realizó para la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón Bonaparte, gran admiradora de su arte como toda la familia del marido, y con la "Ariadna y la pantera" del Museo Arqueológico de Florencia, la "Bailarina" de Tívoli y el "Mercurio en vuelo" de Juan de Bolonia.
Otras Hebes en pintura rodearán estas esculturas en cuadros firmados por Joshua Reynolds, Elisabeth Vigée Lebrun, Domenico Pellegrini, Gaspare Landi, Gavin Hamilton y George Romney.
Lo mismo sucederá con "Amor y Psique", que se medirá con otros cuadros de Francesco Hayez, Angelica Kaufmann y Gaspare Landi, y con la postrer "Magdalena" comparada con la pintura de Tiziano que la inspiró y otra Magdalena de Hayez que se inspiró en Canova.
Para no hablar de la Terpsícore y el Orfeo del Hermitage y sobre todo la Venus itálica de Palazzo Pitti que el poeta Ugo Foscolo consideraba superior a la famosa Venus de Milo del Louvre.
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