Histórico

Laurent Cantet, cineasta francés y ganador de la Palma de Oro en Cannes: "Me interesa provocar discusión con mis películas"

El director de Entre los muros está en Sanfic para presentar una retrospectiva que incluye Foxfire, su último filme.<br><br>

Dice que su español es pésimo, pero aún así su próxima película será en nuestro idioma. Ha retratado el alma de la clase trabajadora francesa en Recursos humanos, pero no tuvo problemas en mostrar a acomodadas mujeres europeas haciendo turismo sexual en Haití en Bienvenidas al paraíso. Exhibió en esa misma película la vida desde la perspectiva de la tercera edad, aunque su interés en la juventud siempre le quita el sueño. Hombre de ambiciones sociológicas, Laurent Cantet tampoco se fija límites geográficos en sus trabajos. Para el último, Foxfire, fue hasta Ontario (Canadá), con el objetivo de ambientar la vida de un grupo de chicas en un pueblito de EE.UU. en los 50. Ahora, esa cinta lo trae a Chile.

El realizador galo llegó el domingo en la noche y estará una semana en el país invitado por Sanfic y con apoyo del Instituto Francés de Cultura.En Chile asistirá a la retrospectiva de cinco de sus seis largometrajes (ver recuadro). De ellos, el más famoso es Entre los muros, Palma de Oro en Cannes 2008, exhibida en Chile en el 2009. La película sobre un profesor de un colegio pobre de París coincidió en Chile con los movimientos estudiantiles. "En cada país donde se ha dado provoca discusión. En París hubo muchas. Me interesa provocar ese tipo de debates con mis películas", dice Cantet.

Su siguiente filme, Foxfire, se basa en la novela de Joyce Carol Oates y describe cómo seis compañeras de secundaria forman una pandilla. El objetivo: defenderse de la humillación masculina en este perdido rincón americano.

¿Por qué le interesó la novela de Joyce Carol Oates?

Desde que la leí, entendí que tocaba temas que tenían mucho que ver con mis películas: la resistencia a la opresión, la humillación que se enfrenta si eres de un determinado grupo o clase y, claro, la juventud.

¿Siempre quiso hacer la película ambientada en Estados Unidos?
No. En principio hubo un intento de adaptarla a Francia, pero rápidamente quedó claro que no se podía. En los años 50 nunca existió en Francia, por ejemplo, ese anticomunismo tan enfermizo propio de EE.UU. Por el contrario, el Partido Comunista era una de las dos o tres fuerzas más importantes del país.

La película no tiene los clichés de los 50 americanos: rocanrol, el jopo, las leches malteadas....
Quizás para mí fue más fácil saltarme todos esos estereotipos, porque no soy americano. Esa mitología de los 50 no tenía nada que ver con lo que yo quería. Mi apuesta era filmar en la forma más naturalista posible: es algo que experimenté en Entre los muros y que consiste en no perturbar el clima de un grupo de trabajo cuando estoy rodando. Cada vez que filmábamos una escena la rodábamos entera, sin cortes. De esta manera los actores no tenían que simular.

Tampoco hay actores conocidos ni estrellas...
Ni siquiera son actores profesionales. Es mi forma de trabajar: se trataba de muchachas que todos los días llegaban con una gran cantidad de energía, sin prejuicios, felices. Creo que rescatar esa energía era necesaria para la atmósfera de la película. Además, tienen poca edad, algunas son más rudas. En fin, corresponden a la verdad y no a aquella imagen glamorosa de la muchacha de los 50 que nos entrega el cine americano.

¿Qué conexión hay entre este grupo de los 50 y nuestra época?
Hoy encontramos en muchas partes del mundo la misma segregación contra las mujeres que en este pueblito de las 50. Y, a su vez, estas jóvenes logran alguna conexión con un tipo como el padre Theriault, un viejo comunista que participó en la Revolución Rusa.

¿Por qué le interesa mostrar a los jóvenes en sus películas?
Me llama la atención su energía. Es fácil hablar de ellos como rebeldes sin causa, como soñadores, como chicos que quieren divertirse. Y eso es ingenuidad y simplismo. La juventud y, por extensión el colegio, es la etapa donde uno se forma en la vida. Uno no va sólo a aprender matemáticas a la escuela.

¿Cuál es su próximo proyecto?
Estoy trabajando en la adaptación de La novela de mi vida, de Leonardo Padura. La haremos en Cuba con actores cubanos. Pero falta financiamiento aún.

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