Libro dice que conocido caza-nazis Simon Wiesenthal colaboró con el Mossad
"Wiesenthal, La vida y leyendas", del periodista e historiador israelí Tom Segev, se presenta hoy de forma simultánea en Israel, EE.UU., Reino Unido, Alemania y Holanda. <br>

El conocido caza-nazis Simon Wiesenthal, sobreviviente del Holocausto y que da nombre al centro que continúa su legado en Viena y Los Angeles, colaboró con el servicio secreto israelí Mossad, según revela una biografía que sale hoy a la luz.
El autor de la obra, el periodista e historiador israelí Tom Segev, muestra que el Mossad empleó y se sirvió de la colaboración de Wiesenthal, lo que probaría que Israel hizo más para capturar a criminales de guerra nazis de lo que se conocía hasta ahora.
"Trabajó unos 10 años y le pagaban en efectivo entre 300 y 400 dólares mensuales, además de financiarle la apertura de su centro de documentación en Viena", explica a Efe el autor del libro, titulado "Wiesenthal, La vida y leyendas" y que se presenta hoy de forma simultánea en Israel, EE.UU., Reino Unido, Alemania y Holanda.
Segev tuvo acceso a la oficina de Wiesenthal en la capital austríaca "tal y como la dejó", y tras contrastar numerosa correspondencia, archivos, nombres de colaboradores, documentos oficiales del gobierno israelí, testimonios de su hija -Paulina Kreisberg-, y ex agentes del Mossad pudo acceder a la faceta poco conocida del caza-nazis: la de colaborador del servicio secreto.
"Eso no significa que fuera un agente, sino que colaboró con los servicios secretos (israelíes en el extranjero) y fundamentalmente su misión era la de localizar a criminales nazis", apunta Segev.
Sin embargo, el historiador documenta que el incipiente Estado de Israel estaba "más interesado en el futuro y la amenaza que suponían los neonazis para las comunidades judías, que en localizar a los viejos nazis, como abogaba Wiesenthal".
El nuevo libro destapa un fracasado intento por parte de Israel de capturar en Austria al criminal nazi Adolf Eichmann 12 años antes de que fuera apresado por agentes israelíes en Argentina en 1960.
Eichmann, uno de los arquitectos de la "Solución Final" y encargado del transporte de millones de judíos desde los guetos hacia los campos de concentración y exterminio, se convirtió en el único nazi ajusticiado en el Estado judío por el asesinato de seis millones de judíos durante el Holocausto.
Wiesenthal, cuyos esfuerzos por perseguir a criminales y llevarlos ante la justicia le ha hecho merecedor del reconocimiento internacional, falleció en 2005 en Viena a la edad de 97 años.
Durante el nazismo estuvo prisionero en cinco campos de concentración y tras la contienda mundial mantuvo contactos frecuentes con los servicios de inteligencia estadounidenses a los que proveyó de nombres de criminales de guerra nazis.
Con el establecimiento del Estado de Israel en 1948, Wiesenthal fue enrolado para trabajar con el organismo que antecedió al Mossad, el "departamento de Estado" del Ministerio de Asuntos Exteriores, y recibió un pasaporte israelí.
En diciembre de 1948, ese organismo envió tres agentes a Austria, que con la ayuda de Wiesenthal y la cooperación de los servicios de seguridad austríacos, iniciaron la persecución de Eichmann en una aldea alpina donde vivía la mujer e hijos del jerarca nazi.
La célula sospechaba de que Eichmann, que había escapado con otro nombre del campo de prisioneros de guerra de Oberdachstetten, regentado por EE.UU., visitaría a su familia para el año nuevo, pero nunca apareció.
Quizá fue advertido en el último momento de la presencia de israelíes en la villa.
En 1953 Wiesenthal localizó al oficial nazi e informó de su paradero a Israel, pero no fue hasta 1960 y tras la pistas de la inteligencia alemana, que los agentes israelíes lo capturaron en Buenos Aires y lo trasladaron a Israel.
"No hay duda de que fue el primero en informar del paradero de Eichmann siete años antes de su captura y le enfureció enormemente que Israel no hiciera nada con ello", apunta Segev.
Con todo, Wiesenthal se opuso a la ejecución de Eichmann en la horca "no por consideraciones morales, sino porque creía que guardaba detalles que podrían haber ayudado a capturar a otros criminales".
"Lo importante no fue su labor detectivesca, sino el concepto humanista que dejó sobre el Holocausto como crimen contra la Humanidad y no sólo contra el pueblo judío", concluye Segev.
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