Libro rescata el trabajo de Coré, brillante ilustrador de El Peneca y El Silabario
A 100 años de su nacimiento, el historiador Jorge Montealegre edita una completa antología.

En 1993, la Biblioteca Nacional rindió homenaje a Mario Silva Ossa, verdadero nombre de Coré, uno de los ilustradores infantiles más importante del siglo XX, con una exposición con centenares de dibujos originales, poemas y revistas donde participó. Hoy casi nadie lo recuerda. "En esa época sus fanáticos ya eran adultos y no se hablaba de Coré. Logramos reunir material único con la familia y varios coleccionistas, pero no se hizo registro de nada. La muestra se la llevó el viento", dice Jorge Montealegre, que ofició como curador en esa ocasión.
Tras 20 años, el poeta e investigador salda la deuda pendiente con Coré, el tesoro que creíamos perdido, la antología más completa del dibujante, que ya está disponible en librerías.
Nacido hace 100 años, el 9 de marzo de 1913, Coré estudió Arquitectura en la U. de Chile, antes de unirse como dibujante, en 1932, a la revista El Peneca, semanario infantil editado por Zig-Zag y dirigido en ese entonces por su tía Elvira Santa Cruz, conocida como Roxane. El talento de Coré, reflejado sobre todo en las cuidadas portadas, marcó el período más exitoso de la revista, que llegó a vender 240 mil ejemplares y se distribuyó en Sudamérica.
La isla del tesoro, Sandokán y Los viajes de Gulliver fueron algunos de los cuentos fabulosamente ilustrados por Coré y leídos por una generación de niños, como Jorge Teillier y Enrique Lihn, quienes señalarían al dibujante y a la revista como influencia.
El libro recoge portadas y dibujos de El Peneca, como de El Silabario Hispanoamericano, ilustrado por Coré en 1948, además de otras facetas poco conocidas del dibujante. "Coré no siempre estuvo rodeado de hadas y duendes. Antes de eso dibujó para Wikén, una revista política similar a Topaze, y a fines de los años 30 fue parte de la Alianza de Intelectuales, un grupo en apoyo a los republicanos de la Guerra Civil española , dirigido por Neruda. En esos años conoció a Amster, con quien también trabajó mucho", cuenta Montealegre.
El tío Sam, vestido con los colores de la bandera de EE.UU. y ahorcando a un cóndor chileno, fue uno de los dibujos antiimperialistas que Coré hizo para Wikén. Fue un período corto que quedó a la sombra de su trabajo infantil, el que fue admirado incluso por Walt Disney, quien le ofreció empleo en 1941. Coré se negó.
En 1949, el dibujante lanzó su propia revista, Condorito, contra la voluntad de su tía Roxane. "Zig-Zag, que no daba espacio a la competencia, reaccionó impulsando el personaje Condorito de Pepo y editando Simbad, otra revista infantil", dice Montealegre.
El proyecto se derrumbó al igual que su creador: Coré murió atropellado por un tren, un año después. Tenía 37 años. Una nebulosa rodea la tragedia. Unos dicen que fue un accidente, otros un suicidio. "Se dice que estaba deprimido, que tenía problemas familiares. Yo me lo imagino dibujando descuidado cerca de la línea del tren. Su mente en otro lado. Prefiero el misterio", señala el investigador.
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