Líder de Paramore: "Era un completo desastre emocional"
Hayley Williams habla con <b>La Tercera</b> de la tercera visita del ahora trío al país, fijada para el 18 de julio en Movistar Arena.

Le parece "una eternidad", dice Hayley Williams, a través del correo electrónico. Y en el frenético mundo de la música adolescente, lo es: hace casi 10 años que la cantante apareció al frente de Paramore, una banda de rock emo que en el camino saltó a la difusión global -y a los pósters de los dormitorios-, acumulando sencillos como Misery business y la balada The only exception. Suficiente para llenar el espacio vital de varias bandas de su rubro.
Pero este mes, el grupo publicó un álbum homónimo y con él, la afirmación de su continuidad y estirón. El disco Paramore se encumbró como número uno en ventas en Estados Unidos durante su primera semana, con 106 mil copias vendidas, y críticas, como la del sitio Allmusic.com, que lo sitúan como "el álbum de su carrera".
"Cuando lo escribíamos estaba pasando días duros, tratando de saber de qué se trataba mi vida", explica Williams. "Había transcurrido una eternidad sin girar, perdí amigos, sentía la vida cambiando más rápido de lo que la podía seguir, y era un completo desastre emocional". Eso, porque antes del lanzamiento, los hermanos Zach y Josh Ferro, fundadores de la banda, saltaron del barco, disparando por carta abierta que ya no estaban cómodos a bordo de "un producto manufacturado". La venganza de Williams quedó encapsulada en 17 canciones bajo la producción de Justin Meldal-Johnsen (Nine Inch Nails) y una nueva gira global, que incluye escala en Chile el 18 de julio en Movistar Arena (entradas vía Puntoticket).
Será la tercera vez de Paramore en el país. "Recuerdo que mis oídos zumbaban de lo fuerte que gritaba el público", dice la cantante de 24 años sobre sus incursiones previas, en 2007 y 2011, y para la siguiente parada promete un "show enfermo, rápido, ruidoso, sudoroso, para ponerse al día por el tiempo perdido".
La visita marcará también la primera vez sin los hermanos Ferro. "Taylor (York, guitarrista) y yo hemos trabajado duro en aprender a escribir juntos. Nos dio más libertad como banda para explorar nuevos ángulos de nuestro arte. Todo el proceso nos hizo un mejor grupo, y también mejores amigos", explica sobre el cambio en sus filas, pero también de un sonido que ahora integra coros gospel (Ain't it fun), densos pasajes de distorsión que se extienden hasta los ocho minutos (Future) e interludios de ukelele.
Por todo eso, el título homónimo del disco: "Queríamos que la gente supiera lo orgulloso que estábamos. Que hoy somos el grupo que siempre deseamos ser". Williams relata que por su pantalla acaba de pasar el video de Missery bussiness, grabado cuando ella tenía 18 años. "Y todavía es difícil de creer. Parece una vida atrás", asegura.
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