Llega la obra de Keith Haring, el grafitero que conquistó los museos
El Centro de Extensión UC exhibe 50 piezas del artista que en los 80 invadió las calles de Nueva York.
Más que a la muerte, Keith Haring le temía al olvido. "Me pregunto si alguna vez seré aceptado en los museos o si desapareceré con mi generación", escribía en su diario a fines de los 80. En menos de una década, el artista había convertido sus murales callejeros en Manhattan en piezas de arte apreciadas en todo el mundo: en 1986 fue invitado a pintar un pedazo del Muro de Berlín y en 1988, decoró el exterior de la iglesia San Antonio en Pisa, Italia. Sin embargo, su vida se volvió una bomba de tiempo, cuando supo que tenía sida.
"Era famoso y tenía bastante dinero, pudo abrir una fundación que difundiera su obra y que, al mismo tiempo, ayudara a niños desposeídos o afectados por el sida", cuenta Julie Joseph, miembro de la fundación y productora de la muestra sobre Haring que se abre el próximo martes, en el Centro de Extensión UC.
Son cerca de 50 grabados originales, entre serigrafías y litografías, que llegan por primera vez a Chile y que recorren la trayectoria del artista de 1983 a 1990, fecha en que falleció, a los 31 años.
Formado en la Escuela de Arte de Pittsburg, Haring buscó desde el principio hacer un arte directo y popular. Así llegó a pintar en las calles coloridos murales y con tiza intervino los espacios publicitarios vacíos del metro. Aunque debido a ello fue arrestado varias veces, se fue haciendo cada vez más célebre. "Era una época en que el grafiti estaba asociado a la clase baja negra. Haring era blanco, de clase media y había ido a la universidad, eso llamó mucho la atención", explica Jorge Padilla, académico de la UC, que dará una charla sobre el artista el lunes 27, a las 19 horas.
A los 20 años, Haring refrescó la escena underground, fue apadrinado por Andy Warhol y se codeó con otros artistas pop, como Jean-Miquel Basquiat y Robert Rauschenberg. Desarrolló una iconografía propia, mezclando música, moda y caricaturas: hoy sus bebés radiantes, figuras danzantes y eróticas, perros y ovnis son aún famosos. "Sus imágenes son atemporales, provocativas y misteriosas, logró hacer una obra que permanece, pero que fue efímera", dice Padilla.
La muestra recoge buena parte de sus íconos, desde series en blanco y negro, pasando por su obra con la Estatua de la Libertad, hasta los grabados sobre el sida.
Haring eligió el grabado antes que el óleo para difundir mejor su obra, y cuando los precios de éstos se dispararon, abrió Pop Shop, una tienda donde comercializó arte en tazones, camisetas y postales. En 1985, la marca Swatch usó sus diseños para sus relojes. Hoy, sus obras se reparten por museos como el MoMa de Nueva York, el Centro Pompidou en París y el Stedelijk en Amsterdam. "Hacemos unas tres muestras al año con su obra y la fundación reparte becas a hospitales e instituciones de menores con el dinero que Haring hizo en vida", cuenta Julie Joseph.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.