Histórico

Los años más exitosos de Francis Bacon

El centenario de artista ya se celebra en la galería Tate de Londres, con la mayor retrospectiva de su obra y su figura, la que brilla en las subastas.

Imposible no haber escuchado a lo largo de este año el nombre de Francis Bacon. Porque aunque durante el 2009 se cumple el centenario de su nacimiento, la figura del artista irlandés se ha posicionado como una de las personalidades más importantes en la escena de subastas internacionales, donde muchas de sus obras han superado récord de ventas en un año que ha sido especialmente exitoso para el mercado del arte.

La figura de Francis Bacon se mantuvo por décadas en un estado de tranquila fama. Sin negarse nunca su estatus de gran figura del movimiento Neo-Romántico y de ser uno de los más talentosos e importantes autores británicos del siglo XX, su nombre antes nunca fue tan pronunciado como ahora, en que se organizan retrospectivas, homenajes y, por supuesto, millonarias ventas.

Es más, esta semana se inauguró en la galería Tate de Londres la más importante retrospectiva dedicada al autor desde su muerte en 1992, producto de un ataque al corazón durante una visita a Madrid. Un recorrido cronológico y temático por la obra del artista y que viajará en febrero del próximo año a España para presentarse en el Museo del Prado. Con 65 cuadros que incluyen 13 grandes trípticos, la exposición tiene el valor agregado de componer un retrato más completo de las técnicas, motivaciones y experiencias del pintor, utilizando para ello información conocida tras su muerte, como por ejemplo, su extenso archivo compuesto por fotografías, postales, afiches y dibujos.

La muestra permite constatar así, el peso del mundo exterior del artista en su pintura, más allá de tópicos conocidos como su condición homosexual o su fascinación por la figura humana en desmedro de los paisajes.

SIEMPRE POLEMICO
Nacido en Dublín e hijo de padres ingleses, un militar dedicado a entrenar caballos y una heredera de industriales de Sheffield, Francis Bacon trabajó algún tiempo como diseñador de interiores y tras una difícil relación familiar, fue expulsado de su casa a los 17 años, cuando su padre lo descubrió vestido con las ropas de su madre.

En 1928 comienza a pintar, sin embargo, de esa época es poco lo que se conoce ya que el autor, conocido por su desmedido sentido de la autocrítica, destruyó buena parte de sus trabajos tempranos. Es recién en 1945, a la edad de 36 años, que salta a la fama con el tríptico Tres Estudios para Figuras en la Base de una Crucifixión (1944). Expuesta en París, la obra causó gran conmoción entre los visitantes. Una tónica que se mantendría a lo largo de toda su carrera.

En este cuadro, el pintor plasmó algunos de los elementos que se harían constantes en su obra: aislamiento, enjaulamiento de la figura humana, violencia sadomasoquista, trozos de carne, cuerpos desmembrados, rostros y figuras deformadas que parecen querer desintegrarse.

Una visión polémica que ha sido caracterizada por el crítico Robert Hughes, a propósito de la muestra en la galería Tate, como proveniente de "un pintor  de la sodomía, el sadismo, el pavor y el vómito mortal que ha emergido como el más duro, el más implacable artista lírico del final del siglo XX en Inglaterra, quizás en todo el mundo".

LOS PREFERIDOS
Sin duda, uno de los tópico predilectos del autor eran los desnudos, así como los retratos y autorretratos, estos últimos pese a que dijo en más de una oportunidad que odiaba su rostro y sólo lo pintaba cuando se quedaba sin modelo. Sin embargo, en dos oportunidades "prestó" su imagen para que un amigo, el pintor Lucien Freud, lo retratara. De esa experiencia resultaron dos cuadros a todo color y sin las deformaciones con las que el artista acostumbraba a ocultar las figuras.

El cuadro realizado en 1952 se encuentra perdido tras ser robado en 1988 de la Neue National Galerie de Berlín, y el otro, pintado entre 1956 y 1957, que rara vez ha sido presentado en público, se subastará el próximo 19 de octubre en la casa Christie's.

De igual forma, destacan dentro de su trabajo los múltiples retratos que realizó de George Dyer, una de sus parejas más importantes, quien se suicidó en la víspera de la inauguración de la retrospectiva del pintor en el Grand Palais de París, en 1971. Luego, el artista realizaría en forma casi obsesiva una serie de cuadros dedicados a él, entre los que se cuentan Tríptico 1974-77, subastado en febrero de este año en Londres por 51,68 millones dólares. La obra es considerada por los expertos como una de las más misteriosas pintadas por el autor en la década de los 70 y fue además, el último de los llamados "trípticos negros", realizados por Bacon tras el suicidio de Dyer.

Otro de estos cuadros, el Tríptico 1976 se subastó en mayo de este año por 86,2 millones de dólares, convirtiéndose así en la más costosa obra de posguerra jamás vendida y rompiendo el récord del artista. Durante este año también fue subastado, entre otros varios cuadros, Estudio de Desnudo con Figura en un Espejo. Tres Estudios para un Autorretrato (1975) por 34,5 millones de dólares. Entre los lienzos vendido el año pasado destacan Estudio del Cuerpo Humano. Hombre Encendiendo la Luz y Estudio para Retrato del Papa Inocencio X (1962), que se subastó en 27,4 millones de dólares.

Hasta el 2006, las obras de Bacon salían al mercado con valores que oscilaban los 2 y 7 millones de dólares; sin embargo, en los últimos dos años, su precio se ha triplicado y salen a la venta cada vez más obras del artista, las que se alzan como las grandes estrellas de las subastas.

Es más, en abril del año pasado, se pagó casi dos millones dólares por su "basura". Fueron 45 lotes que contenían cuadros, fotos y anotaciones que Bacon desechó en 1977 por considerar que estaban estropeados. Cuando el pintor iba a botar todo esto, un electricista que vio la escena le pidió si podía quedarse con ello, a lo que Bacon replicó "es tuyo". Entre los objetos más valiosos de esta colección de desechos destacaron un cuadro sin título, que según los expertos sería un retrato de Lucien Freud, y un diario en el que se lee "24 de octubre de 1971. George ha muerto en París".

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