Los inicios de las vanguardias llegan a España con Duchamp, Man Ray y Macabia
La muestra reúne más de 300 piezas entre pinturas, objetos, fotografías y películas que muestran los principales temas que exploraron los artistas a lo largo de sus vidas.

Algunas de las obras más conocidas del siglo XX, como El gran vidrio, La fuente, Rueda de bicicleta, Molinillo de chocolate o La Mona Lisa con bigotes se exhiben desde hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) en la exposición Duchamp, Man Ray, Picabia.
Organizada en colaboración con la Tate Modern de Londres, donde ya se exhibió hasta mayo pasado, la exposición reúne más de 300 piezas entre pinturas, objetos, fotografías y películas, que muestran los principales temas que exploraron los tres artistas a lo largo de sus trayectorias vitales y creativas.
Al mismo tiempo el conjunto "refleja el universo compartido por los tres artistas", según la comisaria de la muestra, Jennifer Mundy, jefa de investigación de colecciones de la Tate.
Entre otros aspectos la exposición explora la pasión que los tres artistas sentían por el ajedrez, la repercusión de las nuevas tecnologías en su obra, el potencial subversivo del erotismo y el interés por el objeto fabricado en serie, ideas que les sitúe a principios del siglo XX como precursores del popart.
En la exposición se constata el interés temprano de Duchamp y Picabia por las máquinas, a las que reconocen como íconos potentes de una nueva época, evidentes en obras como Paroxismo del sufrimiento (1915) o Hija nacida sin madre (191617), de Picabia.
Mientras Duchamp veía las imágenes mecánicas como una manera de desarrollar un estilo voluntariamente impersonal y antiestético, Picabia se limitó a fusilar diseños industriales de libros científicos populares.
El espacio central examina el uso innovador que hizo Duchamp del vidrio como soporte, y en particular en su principal composición, "La novia puesta al desnudo por sus solteros, aun" (o "Gran vidrio"), obra que combina la parodia de la física con una historia de atracción sexual entre una "novia", en la parte superior, y nueve "solteros", escondidos abajo, en "moldes".
No menos conocidos son los objetos de Duchamp convertidos en obras de arte, los populares "readymade", objetos sin mérito estético alguno a los que confirió los atributos habituales de la creación artística: un título, un autor, una fecha y un público o un propietario que los viera.
En el MNAC se pueden ver objetos, convertidos casi en universales, como Rueda de bicicleta (1913), Fuente (1917) un simple urinario, Percha para sombreros (1917), Peine (1916) o Portabotellas (1914).
En la misma línea se sitúan los "objetos de mi afecto" de Man Ray, quien creaba una obra nueva a partir de dos o más elementos combinados, muchas veces inmortalizados a través de la fotografía como Objeto matemático (1934) o Vénus restaurée (1936)
La exposición, que estará abierta al público hasta el 21 de septiembre, también refleja el vínculo que los tres artistas tuvieron con Cataluña, bien porque la visitaron o porque expusieron en vida.
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