Los rasgos y defectos de los chilenos según los mejores cronistas
Tics de los chilenos, de Cecilia García-Huidobro, compila a 21 escritores sobre traumas y prácticas de la identidad nacional. Vicente Huidobro, Roberto Merino y Pedro Lemebel, entre ellos.

Ya lo dijo Vicente Huidobro: los defectos, y no los atributos, hacen a las personas interesantes. Inspirada en esa idea, Cecilia García-Huidobro, en su libro Tics de los chilenos, indaga en la identidad nacional a través de la obra de 21 de nuestros mejores cronistas. Publicado por primera vez en 1998, llega ahora una versión actualizada: a clásicos como Joaquín Edwards Bello, Jenaro Prieto, Horacio Serrano o Guillermo Blanco se suman los más recientes Pedro Lemebel, Roberto Merino y Rafael Gumucio. Según la autora, la intención es "desnudar las inseguridades" de los chilenos, pero también rescatar el valor literario de la crónica. "Cuando lo publiqué por primera vez, el cronista era un autor subvalorado, mirado como aprendiz de las letras. Hoy, merecidamente, es visto como literatura a secas", explica.
"Mi peor biografía les llegará siempre de Chile", escribió Gabriela Mistral. "Estaré contenta cuando vuelva a vivir sin chismorreo chileno en tierra extranjera". El "pelambre" es el punto en el que más concuerdan los autores: a través de las décadas lo nombran como uno de los peores vicios y es uno de los factores que ha llevado a muchos a huir del país. Huidobro, que inició sus viajes a Europa en 1918, escribió con acidez: "En Chile cuando un hombre carga algo en los sesos y quiere salvarse de la muerte, tiene que huir a países más propicios, llevando su obra en los brazos como la Virgen llevaba a Jesús y huyendo hacia Egipto".
García-Huidobro, más que defectos, habla de tics. "Es un acto involuntario, que se hace a pesar de uno. Pero es un rasgo definitorio, a la vez bueno y malo. Hay que considerarlo como una caricatura", explica.
Habría que tomarse con humor, entonces, las amargas descripciones de Bernardo Subercaseaux. "Todo chileno es un ser a disgusto; de ahí proviene su timidez excesiva, pero en el sentido activo de la palabra; posee esa timidez agresiva que lo amarra a los prejuicios como única tabla de salvación ante las contingencias de la vida", escribe.
Los tiempos cambian, pero algunas actitudes permanecen. Los nuevos cronistas tienen una visión más actualizada de lo que somos. Isabel Allende habla de nuestro aguante y pasividad: "La primera virtud y el primer defecto del chileno es la paciencia". Pedro Lemebel destaca cómo la pantalla ha mediatizado muchas de sus reacciones: los chilenos prefieren ver a los pobres antes en la TV que en la calle y prefieren celebrar por la pantalla y no en la vida real. Al chileno no le gusta el carnaval, dice. En vez de eso, prefiere sentarse a ver el Festival de Viña del Mar. Jorge Edwards agrega: "En Chile se cambió el carnaval por las fiestas de los estudiantes... y al fin nos quedamos sin el uno ni la otra. ¿Pretexto? ¡Ah, claro! La tradicional gravedad chilena".
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