Sus riesgos musicales se han moderado. Su transgresión hoy es más maquillada que seria. Pero así y todo Madonna no pierde oportunidad de seguir siendo desafiante con los medios. "A la mierda. Tengo 50". Eso es lo que voy a decir cuando cumpla 50", respondió la diva en una entrevista reciente a la ABC sobre el inminente suceso del próximo 16 de agosto. Sin miedos ni burdas teorías sobre "mantenerse joven", la cantante que desembarcará en Santiago en diciembre dice que no piensa en los años, que eso le preocuparía si es que lo hubiera hecho mal. "Estoy pensando más bien en lo que voy a cenar esta noche. Ese es mi plan futuro".

Seguro será algo liviano, una merienda libre de calorías. Porque aunque aparentemente no le importe, Madonna sí está preocupada de verse joven, de estar bien. Los cincuenta la encuentran con figura esbelta por el yoga y una disciplina estricta. Y lo mejor, todavía vigente, capaz de atraer a los medios con cada nueva entrega.
 
Hard candy (2008), el disco número 11 de su carrera y el motivo de su debut en Chile, es el hito reciente de una carrera con cifras abrumadoras. A Madonna se le atribuyen ventas por 200 millones de discos vendidos en el mundo, 63 de ellos sólo en Estados Unidos, lo que la ubica como la cantante más rentable de la historia, según los récords de Guinness.
 
Sus ingresos por ventas de discos se estiman en 400 millones de dólares, lo que le ha permitido darse lujos diversos como trabajar en 22 películas, hacer millonarias donaciones a instituciones como el Cábala y montar algunas de las giras más exitosas de la historia. Este año superó a Elvis Presley en la cantidad de singles ubicados en el top ten del Billboard e ingresó al Salón de la Fama del Rocanrol. Desde que apareció vestida de novia cantando Like a virgin, en los premios MTV de 1984 (ver recuadro), Madonna se especializó en montar todas las estrategias posibles para promocionar sus discos: la herejía en Like a prayer (1989), el sexo en Justify my love (1990), el feminismo en Evita (1996).
 
La señora Ciccone, hoy millonaria, casada y madre de dos hijos, supo ganarse las enemistades precisas. En 1989 perdió un contrato millonario con la Pepsi por sus "atrevimientos" religiosos y en 1993 se echó a  grupos conservadores encima por su libro-objeto Sex. Su historia y vigencia están fuera de discusión y su legado es definitivo para cualquier chica que haya decidido hacer carrera como cantante desde mediados de los 80. Madonna sigue siendo la mujer fuerte de la industria.