Marcelo Díaz abandonó Berlín descamisado, con una mochila cargada de preocupaciones, pero también con la esperanza de poder brindarle, una vez en Chile, una satisfacción a sus compatriotas. Descamisado, porque el volante del Hamburgo regaló su elástica a un aficionado que se la había pedido mediante un cartel escrito a mano, y del que Díaz se percató porque iba acompañado de una bandera chilena y otra de la "U". Preocupado, porque la situación del Hamburgo invita a eso: Por mucho que haya sumado diez puntos en ocho partidos de la Bundesliga, no acaba de consolidarse, como quedó demostrado con la derrota (3-0) que encajó ante el Hertha de Berlín. Y esperanzado, porque sueña abiertamente con arrancar la fase de clasificación para el Mundial de 2018 con un triunfo ante Brasil.

A su regreso de la Copa América, Díaz tuvo un arranque de temporada titubeante, producto del desgaste que supuso la lucha por el triunfo. El sábado, en el Olímpico de Berlín, jugó y comandó al Hamburgo con esa sutileza tan caracterísitca. Convenció, y más de uno en el Olímpico de Berlín se extranó cuando Bruno Labbadia, técnico del Hamburgo, decidió sentarlo, al filo de la hora de juego. Con Díaz contemplando el partido desde la banca, el Hamburgo no sólo sufrió los dos últimos de los tres goles que marcaron los locales, sino dejó una sensación de desmoronamiento total. La correlación entre el desorden del Hamburgo y el cambio de Díaz era demasiado evidente, pero el volante chileno no quiso ahondar en el tema: "Es el técnico que tiene que hacer el análisis. Sólo puedo decir que yo me sentía bien. Son decisiones que hay que respetar", dijo Díaz.

Su rabia era, sin embargo, palpable, y buena parte de las casi 24 horas de viaje que, escalas incluidas, separan Alemania de Chile, debió emplearlas para olvidar la desilusión. "Me hubiese gustado irme con un triunfo a Chile", dijo, y dirigió la mirada hacia la cita del jueves en el Estadio Nacional, que lleva tiempo rondando en su cabeza. No en vano, se puso en contacto con Arturo Vidal nada más saber que el volante del Bayern había sido reservado por molestias en la rodilla ("Arturo me dijo que está bien"). - "Hay que recuperarse porque tenemos un partido muy importante", declaró Díaz. Sabe que las demandas del público chileno han aumentado, pero no rehúye de ellas, las afronta con gallardía. "Creo que tenemos una gran responsabilidad. La gente va a estar muy expectante, porque esta selección ha demostrado por mucho tiempo que está en un nivel muy bueno. Vamos a hacer todo por poder ganar", cerró Díaz.