Mario Pérez: "La Nasa no puede iniciar programas espaciales más grandes con Chile"
Científico chileno de la División de Astrofísica de la Nasa hace ocho años, realiza crítico balance de la situación espacial nacional. Advierte que es ingenuo pensar que la creación de una agencia resolverá los problemas en esta materia.

El investigador chileno Mario Pérez, líder del Programa de Orígenes Cósmicos de la Nasa, que maneja las misiones del telescopio Hubble, el avión astronómico SOFIA, y los observatorios espaciales Spitzer y Herschel, entre otras, participó en hace algunas semanas en un seminario sobre el futuro espacial en Chile, donde cuestionó lo complejo que es, para agencias como la Nasa, coordinarse con el país para desarrollar investigación y programas bilaterales.
Chile hoy no cuenta con una agencia espacial. La creación de una recién se anunciaría este año y dependería del futuro Ministerio de Ciencia. Además de una agencia, el gobierno trabaja en la actualización de una nueva política y programa espacial para el 2020.
Pérez cree que una agencia no resuelve todo, pero si existiera podría contribuir a mejorar la coordinación con la Nasa. Así se beneficiaría a más investigadores, a través de la campaña de ciencias de la Tierra, en la que se usan recursos en Punta Arenas para estudios polares, y de ciencias planetarias, en la que se ocupa el norte para simular la superficie de Marte, y en las que solo se coordinan con universidades.
¿Es complejo trabajar con Chile en materia espacial?
A nivel institucional lo es, sin embargo a nivel de individuos o de investigadores interesados en eso ya ocurre que no necesitan ninguna autorización nacional para participar. A la Nasa le interesaría colaborar en actividades con el país, pero debido a que no hay nadie autorizado para representar y comprometer el país, no es posible iniciar programas más grandes y ambiciosos y de beneficio para ambas naciones.
¿La creación de una agencia espacial solucionará este déficit?
Es ingenuo pretender que un país que desea ser parte del grupo de naciones con capacidad espacial significativa, sólo tiene que crear una institución. Las instituciones existen para ejecutar programas de interés y de beneficio científico o socioeconómico para el país. Esperar que esos programas se creen automáticamente una vez que exista una agencia espacial, es sin duda ingenuo y revela falta de visión estratégica. Mi sugerencia es incentivar un diálogo nacional que contemple la participación de todos los organismos y sectores que pudieran beneficiarse de datos y aplicaciones espaciales dentro del país.
¿Por qué la institucionalidad no lo es todo?
Chile ya creó una agencia espacial en 2001 y disolvió este organismo en 2012, sin poder conseguir ningún avance significativo durante esos años. La institucionalidad no es el primer problema a resolver, es secundario, ya que sólo canaliza actividades vigentes de interés al país.
Las aplicaciones espaciales dentro de una economía nacional requieren de constantes revisiones y defensa de los organismos ejecutores, justificación de los beneficiados y racionalización de las entidades que financian estas actividades. Estos esfuerzos crean estructuras ágiles, evitan estancamientos y mantienen una clara justificación del retorno en la inversión. Esta dinámica es deseable para crear situaciones sostenibles de crecimiento, de otra forma si sólo existe supervisión fiscal esta crearía ineficiencias.
Pero en esa agencia se desarrolló el Fasat ¿qué valor la asigna?
El programa Fasat ha sido un programa exitoso creado por la Fuerza Aérea Chilena. De hecho, Fasat -abreviación de Fuerza Aérea Satellite- ha incluido tres satélites (Alfa, Bravo y Charlie) de percepción remota, siendo solos los dos últimos exitosos y operacionales. Este programa fue creado por otro organismo nacional con intereses en aplicaciones espaciales y no por una agencia espacial nacional.
¿La Nasa es un modelo a seguir?
Es relevante estudiar la situación de EE.UU. En el caso espacial civil y como ejemplo en el área de astronomía espacial, los ejes de decisiones estratégicas están definidos por el congreso norteamericano. El diseño de lineamientos para cada década está a cargo de la Academia Nacional de Ciencias Norteamericana y la implementación a cargo de los diez centros espaciales de Nasa. Finalmente la ejecución de estas iniciativas depende de las entidades que reciben fondos de investigación y desarrollo, que son las universidades, laboratorios nacionales y la industria.
¿Cómo la Nasa podría colaborar con Chile?
En mi visita a Chile, describí dos colaboraciones exitosas y dos esfuerzos astronómicos que aún no tienen resultados positivos. Las dos colaboraciones que fueron solicitadas a Nasa y que respondió en forma muy generosa son el terremoto del 27 de febrero de 2010 y el rescate de los 33 mineros en octubre del mismo año (...) Las experiencias menos exitosas tienen que ver con los esfuerzos de Nasa de usar el territorio del sur de Chile para lanzamientos de globos astronómicos estratosféricos y para traer el avión SOFIA para observar desde el Hemisferio Sur. Hoy ambas actividades se realizan desde Nueva Zelandia.
¿En el futuro pueda mejorar este escenario?
Soy optimista ya que Nasa colabora con enemigos pasados como son los países de la inexistente Unión Soviética, especialmente con Rusia. Luego, ya que Chile siempre ha sido un aliado con EE.UU., no veo por qué no se puedan establecer colaboraciones en el futuro cercano. El espacio en nuestra última frontera y tenemos que explorarla juntos ya que no pertenece a ningún país.
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