Muñeca fantástica
<span style="font-family: Verdana; font-size: 10px; "><p>Una vez más, al igual que ocurrió hace un par de años, los santiaguinos parecen haber caído en el embrujo de la "muñeca gigante", que en esta ocasión vino acompañada de su tío, el "hombre escafandra". Decenas de miles de personas han estado dispuestas a ignorar el calor y las aglomeraciones para seguir las aventuras de ambos personajes, que terminan hoy con una caminata en la Alameda.</p></span>
Una vez más, al igual que ocurrió hace un par de años, los santiaguinos parecen haber caído en el embrujo de la "muñeca gigante", que en esta ocasión vino acompañada de su tío, el "hombre escafandra".
Decenas de miles de personas han estado dispuestas a ignorar el calor y las aglomeraciones para seguir las aventuras de ambos personajes, que terminan hoy con una caminata en la Alameda.
Se trata, sin duda, de un show maravilloso, a nivel mundial, y por eso atrae a multitudes. El éxito del espectáculo sugiere, además, una fascinación con la fantasía, incluso entre los adultos. Aunque éstos a menudo aseguran que sólo asisten para llevar a sus hijos, lo cierto es que quedan tan boquiabiertos como sus pequeños herederos.
Hace un buen rato que la fantasía dejó de ser un ámbito sólo infantil o juvenil. Exitos multimediales como Harry Potter o las Crónicas de Narnia dan cuenta de un fenómeno transversal que no respeta edades y contagia a todos por igual y que se basa en la capacidad que poseen estas obras para ofrecer diversas lecturas, según sea quien lo aprecie.
Así, mientras los niños parecen encantados por "el cuento" de la muñeca y su tío, los más adultos no terminan de maravillarse por la mecánica del asunto. Después de todo, no es nada sencillo poner en movimiento a figuras que llegan a empinarse a los 11 metros de altura.
Para cada uno, entonces, el show que hoy termina de recorrer Santiago tiene su propia magia. Pregunte a sus hijos. (IIS)
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