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Niños obesos tienden a ser más depresivos y ansiosos

Las emociones influyen en la elección de los alimentos y el apetito de los más pequeños.

Según una investigación española que se presentó esta semana en Madrid, los niños con sobrepeso tendrían más dificultades en su desarrollo sicológico y sufrirían más síntomas de depresión y ansiedad.

El estudio se realizó en 430 menores de 4 a 14 años gracias a la colaboración de 27 consultas de pediatría, se recoge en el libro Psicología y Nutrición, que contó con el apoyo de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).

El portal Correo Farmacéutico.com publica recientemente que Francisco Rodríguez, profesor de sicología de la Universidad Autónoma de Madrid, junto con el presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Javier Aranceta, y el presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional, Lluis Serra, dirigieron este manual que analiza la complejidad del vínculo entre la mente y la alimentación.

"La sospecha de alteración psicológica tiene que ver con la obesidad, el consumo de dulces y golosinas, la calidad del desayuno, el menor seguimiento de la dieta mediterránea y la menor tasa de actividad física", señaló Serra.

Los resultados se obtuvieron de una herramienta para evaluar el estado nutricional, sicológico y de actividad física del menor a través de la entrevista a un familiar, junto con antropometrías (medidas corporales).

De esa manera se observó que un 43% de los niños presenta un nivel medio o bajo de nutrición y que la prevalencia de sobrepeso y obesidad alcanza al 16%. Este grupo registra peores resultados en el test psicológico que evalúa la motricidad, el desarrollo cognitivo y lingüístico, y en las relaciones sociales y afectivas.

DESAYUNO
Se observa además que el desayuno sigue siendo una asignatura pendiente para los padres. Debido a que los niños que no desayunan muestran más evidencias de retraso en áreas como la motricidad y la socialización.

"Existen más de 5.000 artículos internacionales que relacionan la calidad, la cantidad y la omisión del desayuno con aspectos cognitivos, y sobre todo, con el nivel de atención, que es la primera fase del aprendizaje", afirmó Serra, quien también recordó que según algunos datos recogidos en la investigación, el 5% de los escolares en España no desayuna y pocos realizan un desayuno completo que incluya lácteos, fruta y cereales.

OBESIDAD
La baja actividad física se asocia a dificultades para relaciones sociales y problemas de motricidad. Además, los niños con menor nivel de actividad física consumirían más golosinas y comida chatarra.

"Las emociones influyen en la elección de los alimentos y el apetito", destacó Francisco Rodríguez. A su vez, la alimentación modifica el estado emocional. "Una persona con depresión y ansiedad, a través de la glucosa y la grasa, modifica su estado de ánimo. Éste es un mecanismo muy importante implicado en la obesidad, que se debe abordar desde el punto de vista sicológico".

Los expertos advierten que el incentivo de hábitos saludables no corresponde sólo a las entidades públicas, "sino a todos los agentes sociales y ciudadanos como responsables de su estado de salud".

El presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, Roberto Sabrido, insiste en que la etapa infantil es determinante "en la impronta de hábitos que quedarán para toda la vida", y considera que en la actualidad la escasez de tiempo de los padres está afectando a sus hijos.

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