Organismos y países en alerta ante apertura de caza comercial de ballenas
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) propuso la alternativa de establecer una cuota oficial y fija durante 10 años a países como Japón, Noruega e Islandia.

Japón, Noruega e Islandia podrían tener permiso para matar un limitado número de ballenas por primera vez en 24 años, bajo una propuesta criticada el viernes tanto por las naciones balleneras como por los detractores de la caza.
Un plan de compromiso de los dirigentes de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) podría obligar a estos países establecer una cuota oficial y fija durante 10 años mientras, el organismo trabaja en una solución a largo plazo para el 2020. Hasta ahora, Islandia y Noruega tienen objeciones legales a esta moratoria y Japón continúa cazándolas con propósitos científicos.
Entre 4.000 y 18.000 ballenas podría salvarse en la próxima década bajo el acuerdo revisado de la CBI, destinado a impedir el colapso de la comisión.
Cristian Maquieira, el presidente chileno de la CBI, y el vicepresidente Anthony Liverpool ya habían dicho que "como paquete disgustará a todos por una razón o por otra".
OPOSICIÓN A LA PROPUESTA
"Esta es una petición para que los países balleneros renuncien a la caza de ballenas", dijo Karsten Klepsvik, un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores noruego, que representa a Oslo en la CBI, integrada por 88 naciones. "A nadie le gusta esta propuesta y por lo tanto no sobrevivirá", agregó.
En tanto, el ministro de Pesca de Japón, Hirotaka Akamatsu, dijo que el recorte propuesto en la captura de las ballenas minke en el Océano Antártico era "demasiado drástico", dijo la agencia Kyodo. Las propuestas serán debatidas en la próxima reunión de la CBI en Agadir, Marruecos, en junio.
Los países opuestos a la caza también se opusieron al plan.
"Los límites de captura propuestos para el Océano Austral no son realistas. La propuesta de incluir las ballenas de aleta en el Océano Austral es hostil. Los neozelandeses no lo aceptarán", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Murray McCully, en un comunicado.
Estados Unidos dijo que estudiaría la propuesta, pero que se opondría a cualquier plan que levante la moratoria.
Los ecologistas fueron muy críticos y mordaces contra cualquier autorización de caza de los mamíferos gigantes, que se comen en platos desde sushi hasta en filetes.
"Las cuotas propuestas no fueron fijadas usando los propios métodos científicos de la CBI, sino que son resultado de negociaciones políticas que tienen poco o nada que ver con las ballenas en sí" dijo Wendy Elliott, encargada del Programa de Especies de WWF Internacional. "La fijación de cuotas de ballenas basadas en la política y no la ciencia es un retroceso para la CBI", enfatizó.
"Si es adoptada, la nueva propuesta vendría a legitimar la cacería comercial de ballenas en el Santuario Ballenero Antártico, a pesar de la prohibición absoluta que la misma CBI ha mantenido desde 1994. El Océano Antártico es la principal zona de alimentación para muchas especies como la ballena azul, la jorobada y la ballena de aleta", señaló la WWF en un comunicado.
"La propuesta mantiene vivas las agonizantes industrias balleneras pero no a las ballenas", dijo Junichi Sato, de Greenpeace Japón.
Maquieira dijo que el compromiso era la única forma de avanzar: "Por primera vez, desde la adopción de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, tendremos unos límites estrictos aplicables en todas las operaciones de caza de ballenas".
Habrá un control riguroso de la caza de ballenas y ningún país podrá empezar la caza de estos animales. El Océano Austral será designado como un santuario.
Los miembros de la CBI -entre ellos nuestro país-, decidirán en su próxima reunión del 21 al 25 de junio en Agadair, Marruecos, si adoptan o no la propuesta.
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