París se llena del barroco-disco de Chanel y las lunas de Armani
Sobre la pasarela desfilaron pálidos tonos pastel de los cuadros barrocos en forma de elegantes vestidos de satén con tirantes.

El espíritu de Madame Pompadour, la famosa cortesana del siglo XVIII, parecía flotar sobre la casa Chanel. Sin embargo, Karl Lagerfeld la envió a la discoteca para su desfile de alta costura primavera-verano 2010. Un nuevo concepto, que él mismo definió cono "neón-barroco".
Así, sobre la pasarela desfilaron pálidos tonos pastel de los cuadros barrocos en forma de elegantes vestidos de satén con tirantes, adornados con los ornamentos de entonces, en plata, y coronados con abultados peinados.
Lagerfeld abrió su desfile con trajes tweed cortos en tonos crema o rosado, con grandes botones brillantes o ribetes bordados. Los suaves acabados en tul de las faldas aligeraban los diseños. Las modelos lucían guantes de plata sin dedos y botines con adornos de perlas.
Además de los modelos de estética de época también se vieron vestidos amplios con acabado en globo, con flores de tela, conjuntadas con chaquetas (sacos) plateadas. Un sinfín de detalles realizados a mano marcan la diferencia: sólo el vestido de novia del final, un sueño de tul, seda y gasa, llevó 1.300 horas de trabajo.
Giorgio Armani tuvo que cambiar su desfile al lunes a las nueve de la noche, por lo que se disculpó personalmente vía e-mail ante sus invitados. Eso sí, sugirió claramente que Dior había ocasionado el retraso. Con todo, su pase estuvo lleno de invitados estrella como la actriz hollywoodiense Anne Hathaway y la cantante Tina Turner. Y Armani puso de manifiesto que, en cuestión de alta costura, no tiene que esconderse tras los franceses.
Su poético desfile se enmarcó en un nocturno claro de luna. Aunque pese a algunos acabados en forma de media luna había pocos adornos, el brillo en tonos plata (blanco, crema y gris) llegó de la mano de trajes, ajustados pantalones, vestidos de cocktail y de noche. Los dobladillos ondeaban con formas elípticas que aportaban al conjunto un toque muy refinado.
Diseños en negro resplandecían como la Vía Láctea, mientras que los smokings de mujer llevaban una luna llena en la parte superior. Vestidos y pantalones estrechos imitaban la ropa de fiesta de androides, con pequeños adornos circulares. Al término del desfile apareció Armani, bronceado y recuperado de una larga enfermedad, con un correcto traje negro con corbata en lugar de su habitual t-shirt.
Horas antes, el diseñador de Dior John Galliano se había inspirado en las raíces de la casa, con modelos que evocaban el anterior cambio de siglo: elegantes trajes de montar a caballo, amazonas vestidas de rojo o fucsia, botas de tacón negras y guantes cortos de piel, de temática ecuestre, como el traje que él mismo lució al final. Y para la noche, vestidos con delicados encajes, ajustados corsés y seda blanca deleitaron a un publico en el que Kylie Minogue puso el toque de glamour.
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