"Es muy difícil que yo llegue a ser Presidente, que pueda pasar a la segunda vuelta, pero no es imposible, compañeros. ¡No es imposible!". Con esas palabras Jorge Arrate respondió las ovaciones de unas tres mil personas que ayer llegaron al Teatro Caupolicán, donde el ex ministro PS fue investido como el abanderado presidencial del Juntos Podemos.

Arrate agradeció el reconocimiento del humanista Tomás Hirsch -sobre cuya candidatura se impuso la noche del sábado- y el respaldo del Partido Comunista, y recordó la alianza política entre comunistas, socialistas y radicales que llevó a Pedro Aguirre Cerda al poder en 1938.

El timonel del PC, Guillermo Teillier, dijo, a su vez, que si bien las preferencias para ganar la elección las tienen la Concertación y la Alianza, "va a existir un voto rebelde, de descontento, que quiere que las cosas se transformen de verdad en Chile y que se va a sumar a nuestra candidatura".

El dirigente comunista aventuró que con la postulación de Arrate a La Moneda apuestan a obtener una votación que supere los dos dígitos. La cifra doblaría lo anotado en 2005 con Tomás Hirsch como candidato del Juntos Podemos (5,4%) y triplicaría el resultado de la ex presidenta del PC Gladys Marín en 1999 (3,1%).

Durante el acto en el Caupolicán llamó la atención la presencia de la madre y familiares de la menor María José Esquivel Améstica, muerta de un disparo a bordo de un bus del Transantiago. Hace dos semanas, Sebastián Piñera había visitado a los deudos, siendo increpado por una tía de la niña, quien lo acusó de aprovechar políticamente la situación y lo conminó a abandonar el lugar.

Los familiares de la menor fueron homenajeados por Teillier, quien acusó a Piñera de "aprovecharse del dolor para hacer proselitismo". Los deudos compartieron escenario con Arrate, quien destacó que la madre de la menor llegó a entregarle su apoyo "por su propia voluntad".