Histórico

Pesebre Real de 300 años se expone en Italia

El Pesebre Real de la Reggia de Caserta (sur de Italia), el último gran belén realizado durante la dominación de los Borbones españoles en los Reinos de Nápoles y Sicilia, lucirá esta Navidad en Roma su "libre y fantasiosa" versión de los Evangelios.

Realizado cuando ocupaba el trono de Nápoles y Sicilia el rey Carlos (1716-1788), futuro Carlos III de España, el pesebre es una de las cumbres del periodo de mayor esplendor de este arte, la segunda mitad del siglo XVIII, y destaca por la variedad de sus figuras.

"El belén representa toda la heterogeneidad de la población del Reino en aquella época, de los rústicos campesinos a los opulentos orientales, pasando por los refinados mercantes decorados con bordados de plata y oro", afirmaron hoy durante su presentación en Roma los organizadores de la muestra.

La obra fue posible gracias a la pasión por los belenes del Rey ilustrado, quie reinó en Nápoles y Sicilia 1734 a 1759, y que realizó con sus propias manos algunos de los pastores, implicó a toda la corte en su elaboración y contagió a nobles y burgueses su gusto por los pesebres.

De hecho, fue Carlos III quien hizo popular en España esta tradición, difundida en el sur de Italia desde el siglo XIV, más de cien años después de que San Francisco de Asís representara en una pequeña parroquia el primer nacimiento en 1223.

Las numerosas estatuas que forman el Pesebre Real, que podrá visitarse desde el 21 de diciembre al 22 de febrero en el Palazzo Altemps de Roma, fueron modeladas con madera y terracota pintada, tienen una estructura de hilos de hierro y están rellenas de estopa.

Una de las características más llamativas de la obra es que las figuras se movían como en un cuadro viviente y "hablaban" gracias a las voces que les daba una compañía de actores.

Además de una diversión para la corte y un trabajo artesanal en el que participaban pintores, escultores, arquitectos, músicos y sastres, los pesebres de estas características eran también un instrumento de propaganda de la fe católica, según la responsable de la muestra, Anna Maria Romano.

Aunque ya no se realizaron obras de estas dimensiones, la tradición del belén sobrevivió a la ocupación napoleónica y se mantuvo tras la restauración borbónica.

La exposición incluye además pinturas, dibujos y grabados que retratan al "pueblo multicultural" de la época, así como una muestra del porcelanas y trajes del Reino de las Dos Sicilias y dos volúmenes con aguatintas encargadas por la duquesa de Berry, hija del rey Francisco I de Borbón.

La iniciativa ha sido promovida conjuntamente por el Ministerio de Cultura italiano, el Ayuntamiento de Roma y la región de Campania, cuya capital es Nápoles.

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