Prensa brasileña publica reseña de militar que torturó a Dilma Rousseff
Según el diario O Globo el entonces capitán era famoso por divertrise mientras interrogaba a los presos, a quienes les decía que era muy burro y que por eso necesitaba respuestas claras a sus preguntas.
Una reseña sobre la vida de uno de los militares que durante la dictadura militar brasileña (1964-1985) torturó a la presidenta Dilma Rousseff, fue publicada hoy por el diario "O Globo".
Se trata del capitán Benoni de Arruda Albernaz, quien en 1970, con 37 años, "le juraba amor a la patria mientras abofeteaba y le quebraba los dientes a la futura presidenta de Brasil Dilma Rousseff, en la época con 23 años", relata el rotativo.
"Quien mandaba era Albernaz, quien interrogaba era Albernaz. Albernaz golpeaba y abofeteaba. Comenzaba a interrogarte; si no le gustaban tus respuestas, te daba un puñetazo. Después de las golpizas, fui para el 'pau de arara'", relató la presidenta en el libro del autor brasileño Luiz Maklouf Carvalho "Mujeres que fueron a la lucha armada".
El "pau de arara" al que refiere Rousseff es el nombre que se le da en Brasil al tipo de tortura en el que el prisionero es colgado de un palo en posición fetal, quedando con la cabeza hacia abajo, para aplicarle corriente eléctrica en las partes más sensibles del cuerpo, que quedan a merced del torturador.
La reseña agrega que Arruda, fallecido en 1992, comandaba las sesiones de tortura que se realizaban durante los interrogatorios preliminares de la Operación Bandeirante (Oban), un centro de investigaciones creado en 1969 por el Ejército brasileño para combatir a la izquierda armada.
Pese a haber recibido múltiples elogios por parte de sus superiores, en 1985 Arruda fue condenado a un año y medio de prisión por el Consejo de Justicia Militar, que lo acusó por falsedad ideológica.
Según "O Globo", Arruda era famoso por divertrise mientras interrogaba a los presos, a quienes les decía que era muy burro y que por eso necesitaba respuestas claras a sus preguntas. Cuando no las conseguía, tomaba un teléfono y decía que hablaría "con Fidel Castro", en una suerte de metáfora que significaba que de no obtener la respuesta deseada, el detenido sería torturado con choques eléctricos.
"Albernaz era un hombre terrible, el torturador más famoso de Oban en aquella época", dijo al diario el ex marido de Rousseff, Carlos Araújo, quien también fue víctima de Arruda.
Tras perpetrar durante varios años diversas estafas y extorsiones, Arruda terminó sus días ahogado en deudas, rechazado por su familia, y murió víctima de un infarto. Dejó tres hijos, de los cuales ninguno quiso hacer declaraciones al rotativo.
Uno de ellos, Benoni Junior, quien se desempeña como médico en el Ejército, dijo al periodista que lo llamó antes de colgar el teléfono: "Olvide a nuestra familia, va a ser mejor para usted".
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