"Eric Rohmer era todo para mí. Era el más importante. Le debo todo. Él me dio un nombre, hice mi primera película con él, incluida La rodilla de Clara en 1970", dijo al diario Le Monde el actor Fabrice Luchini. Y prosiguió: "Fue el más grande cineasta de la Nueva Ola después de François Truffaut", dijo el también actor de Perceval el gallo y La noche de la luna plena.

Consternados, los actores que alguna vez trabajaron con el legendario realizador alsaciano comentaron la experiencia de haber participado en algunos de sus filmes. Rohmer, habituado a elencos desconocidos, a quienes guiaba y convertía en consumados actores de cine, tuvo una troupe que incluyó a Jean-Claude Brialy, Marie Riviere, Melvyn Poupaud y Arielle Dombasle.

Justamente Dombasle, una rubia paradigmática en cintas de Rohmer, explicó a Le Monde que "(Rohmer) Me hizo comprender que el cine, la escritura de cine, pertenece a un autor. A mí, él me hizo descubrir el cine, "Es alguien que me hizo leer por primera vez a Marivaux" explicó la actriz de Paulina en la playa y Las noches de luna plena.

Para Marie Riviere, protagonista de uno de sus filmes más conocidos en Chile, El rayo verde, no solo era un gran director sino que "un gran corazón". "Le dio a la gente una oportunidad, a técnicos y actores desconocidos", dijo. La actriz lo había visto hace poco tiempo y comentó que en "los últimos días, todavía quería papel y lápiz para escribir".

EN LA HISTORIA
Thierry Fremaux, delegado general del Festival de Cannes, lamentó la muerte de "un cineasta cuyo trabajo era único. "Bajo la aparente frivolidad, había un rigor de sus películas que lo sitúa entre los más grandes directores de la historia", agregó.

El ex ministro de Cultura Jack Lang elogió a su vez la memoria del cineasta. "Sus escritos y sus creaciones son el signo de la exigencia y el rigor. Era el hombre de todos los descubrimientos: hacía películas de arte como ningún otro, la revelación de actores desconocidos, la exploración de universo estético y filosófico inesperado", escribió en un comunicado. "Su trabajo dominará la historia del cine francés por su estatura original y revolucionaria", comentó.

En Chile, quien lo recuerda con afecto es el cineasta Orlando Lübbert, criado en el cine europeo de los años 60 y 70. Para el director de Taxi para 3, Rohmer era uno de los cineastas más rigurosos de ese tiempo. "Ví muchas películas de él, era muy intereante, de los serios del cine", recuerda. Particularmente le queda en el recuerdo La rodilla de Clara y Paulina en la playa. "Era además un cineasta muy católico pero muy fresco, juvenil", finaliza.