Revelan trailer de Post Mortem antes de su estreno en Venecia
La cinta de Pablo Larraín (Tony Manero) compite este domingo en el Festival de Cine de Venecia.
Son los días previos al golpe militar de 1973 y Mario se enamora de Nancy, su vecina, quien trabaja como bailarina del Bim Bam Bum. La sigue, comen juntos y él le pide que se casen. Ella desaparece. Mario recorre la calle Zenteno, al costado de La Moneda, recién bombardeada. Todo está desierto y la casa de Nancy ha sido allanada. No hay rastros de vida, pero sí de muerte. Como funcionario del Servicio Médico Legal, a Mario le toca asistir a un momento histórico: la autopsia del fallecido Presidente Salvador Allende.
Con un amor en vilo y un país en quiebre, comienza Post mortem, la primera película que dirige Pablo Larraín luego de que en 2008 Tony Manero fuese elogiada en el Festival de Cannes. Ayer, el director reveló las primeras imágenes de Post mortem, que este domingo se estrena en la 67ª edición del Festival de Cine de Venecia (encuentro que abre mañana) como parte de la competencia oficial. Tras el León de Oro van otros 22 filmes, entre los que destacan Somewhere de Sofia Coppola y Black swan de Darren Aronofsky. "Venecia es un súper festival y estamos felices de estar allí. Es la ocasión de ponerse pantalones largos y aprender lo más posible. Hay una generacion de cineastas chilenos que ha logrado instalarse afuera con películas muy honestas. Me siento parte de eso", dice Larraín, quien viajará al certamen junto a los protagonistas del filme, Alfredo Castro y Antonia Zegers.
El filme se estrenará en salas locales el 25 de noviembre, pero antes se exhibirá en otros festivales, como San Sebastián, Nueva York y Valdivia.
TESTIGO SILENCIOSO
Hace dos años, Larraín leyó un artículo de prensa que lo llevó a interesarse por la autopsia de Allende. Luego de leerla, encontró el origen de Post mortem. "Es impresionante todo lo que ahí aparece, es la autopsia de Chile. Tres personas firmaron ese documento: dos doctores muy connotados, y un tercero , Mario Cornejo, un completo desconocido". El director pidió autorización a la familia para usar su nombre y creó al personaje encarnado por Alfredo Castro, un funcionario de la morgue que redacta los reportes forenses. "Mario representa a muchas personas que, sin poder y sin grandes contactos, fueron testigos silenciosos de grandes momentos de la historia. La película está vista desde esos pequeños ojos, me interesa ver lo que pasa con él. Ahí está la maravilla, ahí aparece el cine", cuenta Larraín, quien por tercera vez trabaja dirigiendo a Castro. "Lo que me interesa de Alfredo es su misterio. Esa extrañeza que logra transmitir en pantalla. A diferencia, eso sí, de Raúl Peralta (en Tony Manero), Mario Cornejo es un personaje noble, que tiene un cambio al final".
Al igual que su anterior cinta, en Post mórtem Larraín ocupa el régimen militar como telón de fondo de una historia que mezcla amor y desesperación. "Es una película política, pero no panfletaria. Muestra un historia de amor donde los personajes ven trastocada su realidad más íntima. Este nuevo Chile que se conformó tras el golpe militar tiene todavía una herida que no ha podido sanar. Hay gente que prefiere evadir el tema y a la que le gustaría que los cineastas hiciéramos otro tipo de películas. Yo opino que no, que aún no se ha resuelto el tema. Fue una época que no me tocó vivir, pero que me interesa reconstruir y, en ese sentido, la película es puro paisaje mental, extrañeza y extravío", señala Larraín.
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