Desde el año 2000, la venta de consolas de videojuegos está prohibida en China, según las autoridades, para "proteger y liberar las mentes de la juventud".

A pesar de ello, la llegada de los dispositivos móviles, junto con la aparición de juegos en línea a través del PC, como World of Warcraft y, por supuesto, la piratería y el mercado negro mantuvieron los videojuegos dentro del país.

Esto hizo que a comienzos de año, para fomentar la nueva zona de libre comercio de Shanghai, China decidiera levantar la prohibición de vender consolas, pero sujeto a ciertas reglas: éstas deben ser construidas en la zona de Shanghai, apoyada por una compañía instalada en China y con contenidos y funciones acordes a lo que demanden las autoridades del país, como el Ministerio de Cultura.

Microsoft fue la primera compañía que decidió, hace un mes, anunciar el lanzamiento oficial de la Xbox One en septiembre, cuando la compañía realice una segunda fase de lanzamientos internacionales, en el que se incluye a Chile.

Y ayer fue el turno de Sony, empresa japonesa que confirmó la llegada de PlayStation 4 al mercado chino.

Su arribo, tal como lo determinan las leyes locales, será a través de una alianza con una compañía llamada Shanghai Oriental Pearl Culture Development, que se encargará de proveer el contenido de la consola, mientras Sony confeccionará los dispositivos a través de una nueva filial de la compañía instalada en Shanghai.

Aún no se conoce la fecha del estreno de la consola, pero sí que las expectativas de ventas, por ahora, son, tal como las de Microsoft, muy modestas. Esta última sólo dispondrá de 100 mil consolas para su lanzamiento.

El camino no será tan rápido, debido a que las consolas llegan a competir con juegos mucho más económicos que los que se pueden encontrar en consolas, por lo que las proyecciones iniciales de venta son conservadores.