Suburbios de París desafían a Sarkozy
El pulso que desde hace años mantienen los suburbios más tensos de París con Nicolas Sarkozy cobró intensidad tras una sucesión de hechos violentos que llevó al presidente francés a anunciar <i>in situ</i> una ofensiva policial.

"Debemos hostigar a los delincuentes", dijo Sarkozy este martes en Seine-Saint-Denis, un departamento al noreste de París donde hubo recientes ataques con piedras y cócteles Molotov contra autobuses y enfrentamientos de bandas rivales.
Estos incidentes y la promesa de mano dura de Sarkozy surgen mientras algunos observadores advierten sobre un riesgo de nuevas revueltas en los suburbios franceses similares a las de 2005, cuando el actual presidente era ministro del Interior.
ZONA CALIENTE
Calificado por la prensa francesa como un hecho poco habitual, Sarkozy se desplazó a Seine-Saint-Denis para asistir a la asunción del nuevo prefecto del departamento, Christian Lambert.
Ex comisario y ex jefe de la policía antimotines francesa, Lambert pasó a ser el representante del gobierno en una de las zonas más sensibles de la región parisina.
Sarkozy visitó además el lugar donde un autobús fue apedreado y otro parcialmente incendiado el 31 de marzo por un grupo de hombres que le lanzaron cócteles Molotov después que bajaran los pasajeros.
El gobierno sugirió que los incidentes eran una respuesta del crimen organizado a un reciente operativo policial contra el narcotráfico en la zona que permitió la incautación de casi un millón de euros.
El ministerio del Interior dispuso una escolta policial para autobuses que transitan el barrio, pero la semana pasada se registraron nuevos ataques con piedras contra otros buses y un vehículo destinado a protegerlos.
En el mismo departamento, un hombre murió en marzo durante un enfrentamiento entre bandas rivales que las autoridades también vinculan con el narcotráfico.
En Francia hay 511 pandillas integradas por unos 5.000 miembros y la violencia entre ellas causó el año pasado 13 muertos y 185 heridos graves, dijo recientemente el ministro francés del Interior, Brice Hortefeux.
TONO DURO
Sarkozy aseguró en Seine-Saint-Denis que el Estado "no retrocederá un milímetro" ante la amenaza de la violencia y anunció una ofensiva policial.
"Todos los días habrá acciones policiales contra el tráfico y los traficantes", dijo. "Ninguna comuna, barrio o hall de edificios de Seine-Saint-Denis escapará a la autoridad".
Las declaraciones de Sarkozy, propias de sus tiempos de ministro del Interior, ocurren cuando sus índices de popularidad sufren una caída constante y el jefe de Estado vuelve a enfocarse en temas de seguridad.
Antes de llegar a la presidencia, Sarkozy logró una importante base de apoyo de votantes de derecha gracias a su retórica dura contra la criminalidad y la inmigración indocumentada.
Al mismo tiempo, eso le valió la impopularidad en suburbios franceses donde habitan inmigrantes o descendientes de inmigrantes y las tasas de desempleo y criminalidad son más altas que en otras partes de Francia.
En octubre de 2005, cuando ya se perfilaba como posible candidato presidencial, Sarkozy prometió limpiar la "escoria" de Argenteuil, otro barrio con diversidad étnica en las afueras de París.
Poco después, estalló una revuelta en varios suburbios franceses donde miles de autos fueron quemados sin que la policía comandada por Sarkozy pudiera controlar la situación durante semanas.
"HABRA OTRAS REVUELTAS"
Las nuevas promesas de firmeza y acción de Sarkozy en los suburbios fueron cuestionadas por miembros de la oposición y observadores que advierten que la situación es tan volátil como en 2005.
El escritor franco-marroquí Tahar Ben Jelloun indicó la semana pasada en el diario Le Monde que los suburbios son zonas olvidadas y negó que el problema se resuelva con las "operaciones" que promete el presidente.
"Todas las campanas de alarma han sido activadas por las asociaciones, familias, militantes, sociólogos, pero no hay nada que hacer, nadie quiere escuchar los mensajes de alerta", sostuvo.
"Habrá otras revueltas. Tomarán diferentes formas, provocarán disturbios que terminarán por inflamar varios barrios", agregó.
Claude Bartolone, un socialista que preside el consejo general de Seine-Saint-Denis, acusó a Sarkozy de "gesticulación mediática" y sostuvo que la estrategia de seguridad del presidente ha fracasado.
"No puede haber un retorno al orden republicano sin igualdad republicana", advirtió François Asensi, alcalde de Tremblay-en-France, el barrio donde fueron atacados los autobuses.
Mientras tanto, la senadora local comunista Eliane Assassi sostuvo en el diario partidario L'Humanité que la "estrategia de ultra seguridad conlleva el riesgo de exacerbar las tensiones".
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