Los investigadores han dado un paso más para comprender por qué el uso de anticonceptivos orales tempranamente reduce drásticamente el riesgo de padecer cáncer de ovario y de útero más adelante en la vida.

Latanya M. Scott, de la Escuela de Medicina de la Wake Forest University en Estados Unidos, descubrió que los monos que ha tomado drogas para el control de la natalidad desde muy temprano en la vida excretaban una cantidad reducida de estrógenos en la orina.

La investigación se llevó a cabo en colaboración con Xu Xia y Timothy Veenstra, de la Science Applications International Corporation-Frederick, quienes han desarrollado nuevos métodos para el análisis de estrógenos de la orina.

El descubrimiento fue especialmente notable porque fue encontrado tres años después de que se haya detenido el tratamiento con anticonceptivos orales, aproximadamente el equivalente de una década de la vida en un humano, señalan los investigadores en un comunicado de prensa.

El estudio apareció en el número de este mes de la revista especializada Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention.

Si bien los investigadores han sabido desde hace muchos años que el el uso temprano de anticonceptivos orales reduce significativamente el riesgo del cáncer de ovario y de útero más adelante en la vida, esta nueva observación en los monos pueden arrojar luces sobre el mecanismo detrás del efecto protector del tratamiento.

Si bien los investigadores no entienden aún el mecanismo exacto por el cual los niveles de la hormona se ven afectados, sí saben que tanto el nivel de estrógeno en la sangre y la cantidad de estrógeno que se excreta en la orina se redujo con la utilización de anticonceptivos orales, lo que puede significar que el uso de anticonceptivos orales conduce de alguna manera a una disminución de la síntesis de estrógenos.

"Los efectos de la exposición a una terapia hormonal temprana se saben desde hace mucho tiempo ", dice J. Mark Cline, sin embargo ,"estos efectos son robustos, y creemos que este descubrimiento podría ser traducido con bastante rapidez en un estudio de mujeres".

"Si nuestros resultados se confirman que también se producen en la mujer, podría cambiar la forma en que cómo miramos los anticonceptivos orales y el riesgo de cáncer", añadió Cline, un profesor de patología y medicina comparativa en Wakefield.