Histórico

Un paseo por Pelourinho en Salvador de Bahía

Este centenario barrio logró preservar parte importante del patrimonio cultural de Brasil.

Salvador de Bahía es reconocida por ser la primera capital que tuvo Brasil durante los tiempos de la colonia. Parte de ese pasado histórico es el que los visitantes pueden respirar al recorrer las coloridas calles empedradas de fachadas continuas en la zona de Pelourinho.

Este barrio histórico toma su nombre de la "picota", pelourinho en portugués, como se le conoce al monolito de piedra al que los esclavos eran atados para recibir latigazos. Con el paso del tiempo, como suele suceder con otros lugares tristemente famosos por sus historias de dolor y marginalidad, la abolición de la esclavitud terminó atrayendo a artistas de diversa índole, convirtiéndo el sector en una zona residencial.

El centro histórico está situado en lo alto de una abrupta elevación natural. Una colina de unos 90 metros de altura y 15 km de largo actúa como una defensa natural estupenda, especialmente útil para defender la ciudad en la época de la colonia. Durante muchos años, desde el siglo XVI hasta las primeras décadas del siglo XX, este lugar fue un distrito residencial con casas bonitas y antiguas, en el que se podía apreciar la influencia barroca de la arquitectura portuguesa de entonces.

Sin embargo, durante los años sesenta, las transformaciones económicas de Brasil produjeron que el centro histórico se viniera abajo. Pelourinho comenzó a deteriorarse con rapidez y pronto se convirtió en un lugar marginal y peligroso.

Sólo a inicios de los noventa luego de que la Unesco convirtiera al casco histórico de Salvador de Bahía en Patrimonio de la Humanidad, el gobierno brasileño comenzó un proceso de intervención para rescatar a Pelourinho del inevitable paso del tiempo. Varias viviendas fueron expropiadas y se puso énfasis en el rescate de las centenarias fachadas, lo que convirtió a este centro histórico en un destino turístico imprescindible.

Salvador de Bahía es, junto a Río de Janeiro y Sao Paulo, uno de los sitios que todo visitante debe conocer, pues parte de esta ciudad es fundamental para comprender el legado cultural de Brasil.

IMPERDIBLES
TEMPLOS:
El Convento de San Francisco de Asís data del siglo XVIII y es conocido por estar recubierto en oro. Otros templos destacados en la ciudad son la Iglesia de Nuestro Señor de Bonfim y la Catedral de Salvador, ambas construcciones con marcada arquitectura barroca.

MERCADO:
El mejor lugar para adquirir recuerdos y souvenirs es el Mercado Modelo. Este lugar se encuentra enclavado en una de las construcciones más antiguas de la ciudad, a orillas del mar. Durante la colonia el recinto fue utilizado para recibir a los esclavos venidos de África, para posteriormente venderlos. Dentro del mercado los visitantes pueden apreciar artesanías típicas de la zona, además de disfrutar de las bondades de la gastronomía local.

ELEVADOR:
El popular elevador Lacerda data de 1873. Es una monumental estructura que actúa como puente para conectar la parte alta de Salvador (casco histórico) con la parte baja a orillas del mar. Su nombre es tomado de su creador, el arquitecto Augusto de Lacerda.

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