A 45 años de la crisis
SEÑOR DIRECTOR:
La historia de la crisis Chile-Argentina de 1978 se conoce en sus concepciones políticas, estratégicas, diplomáticas y en la participación de distintas autoridades, pero hay una historia, de quienes estuvimos en las posiciones, que está en la intimidad de cada uno, de las pequeñas unidades que compartían la misión de defender la integridad territorial de Chile en la frontera y, particularmente, en la Isla de Tierra del Fuego.
La noche del 22 de diciembre de 1978, dice la historia que fue la noche en que estuvimos más cerca de la guerra, solo a unas horas de ella; el relato posterior me confirmó la fecha, porque dentro de la posición (trinchera), no había ese sentido del tiempo con tanto detalle. Es de día, es de noche, estás durmiendo, estás de guardia. Pero un día, cerca de las 20 hrs., llega un “documento” a mi posición en la Primera Angostura del Estrecho de Magallanes: esta noche desembarco argentino en su frente, cumpla con lo dispuesto. El silencio, el viento y el frío fueron mi compañía durante un instante, racionalizar el texto y entender que el plazo de meses de preparación y espera había llegado a su fin, fue la segunda parte de ese momento y, a partir de ese instante, comienzan los preparativos para defender la Primera Angostura y evitar el desembarco.
El jueves, me reuní con un grupo de “veteranos” en Los Ángeles, Región del Biobío, a conversar de la historia vivida, sorprendiéndome el espíritu, el sentimiento del deber y los recuerdos de una gesta que la llevamos pegada a la piel y que muchos chilenos no conocen. No importa, lo que vale es que cumplimos el deber que la Patria nos demandaba, disuadimos a un adversario inmenso y no llegamos a una guerra que habría sido muy larga y muy sangrienta, probablemente habría sido el mayor conflicto armado del siglo en América.
Jorge Sanz Jofré
Académico Universidad del Desarrollo
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