Cinco años desde una votación histórica en Irlanda



Por Paul Gleeson, embajador de Irlanda en Chile

Hoy se cumplen cinco años exactos desde que Irlanda se convirtió en el primer país del mundo en votar en plebiscito a favor del matrimonio igualitario. Y con una gran diferencia: más del 62% votó a favor de este cambio histórico en mayo de 201cinco, con solo el 38% en contra.

Como Chile, Irlanda es conocida en todo el mundo como un país tradicionalmente católico. Como Chile también, sin embargo, las actitudes han cambiado a través de los años y las perspectivas sobre lo que significa ser tolerante e inclusivo se han ajustado a lo largo de generaciones.

Tan recientemente como en los años 80, Irlanda era un país sin acceso al divorcio ni al aborto y era una sociedad en la que los actos homosexuales estaban penalizados. La Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia sobre la política social. Y fue sólo después de revelarse algunos horribles abusos por parte de una minoría dentro de la Iglesia, eclipsando el muy buen trabajo de tantos que servían en las órdenes religiosas, que esta influencia se redujo enormemente.

Una vez más, hay muchas similitudes aquí con el camino recorrido por Chile en los últimos años y la evolución de las opiniones de las personas de todos los credos o ninguno.

En 1993 en Irlanda, los actos homosexuales fueron despenalizados. Dos años más tarde, Irlanda votó en un plebiscito, por un margen muy estrecho, a favor del divorcio, con el estricto requisito complementario de que las parejas debían estar separadas durante al menos cuatro años (esto se ha reducido posteriormente a dos años).

El camino hacia el matrimonio igualitario ha sido más largo. En 2010 se promulgó una ley de uniones civiles que otorga a las parejas del mismo sexo derechos y responsabilidades similares, pero no iguales, al matrimonio civil. Al año siguiente, se convocó una Convención Constitucional y en 2013, esa Convención hizo recomendaciones a nuestro parlamento sobre las disposiciones sobre el matrimonio igualitario para ser sometidas a un plebiscito. Fue sobre estos cambios permanentes en nuestra Constitución que el pueblo irlandés votó, hoy hace cinco años.

La campaña en sí fue notable. Los jóvenes, muchos de los cuales nunca habían votado antes ni participaban en la política de partidos de alguna manera, trajeron gran energía a la campaña. Muchas figuras públicas hablaron sobre sus propios caminos personales para llegar a una nueva o diferente perspectiva. Y algunos de los videos más conmovedores de los medios sociales grabaron conversaciones personales entre jóvenes homosexuales y sus abuelos y abuelas, muchos de los cuales desafiaron los estereotipos sobre lo que piensan las personas mayores sobre los temas sociales.

El plebiscito fue aprobado por un gran margen. Y cinco años más tarde, incluso muchos de los cuales que se opusieron a la propuesta en el 2015, reconocerían hoy, creo, que los cambios en la sociedad irlandesa como consecuencia de ello han sido positivos. En el primer año calendario completo después de los cambios legislativos que siguieron al plebiscito, 1.056 parejas del mismo sexo en Irlanda (un país con aproximadamente un cuarto de la población de Chile) aprovecharon la oportunidad de casarse que durante mucho tiempo se les había negado. Durante los primeros cuatro años completos del matrimonio igualitario en Irlanda (2016-2019), más de 3.000 parejas del mismo sexo en total intercambiaron sus votos. En 2017 se firmó un nuevo proyecto de ley de adopción que regulariza el derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar niños.

Para la gente de mentalidad liberal, es fundamental, por supuesto, que todos puedan casarse con quien aman. Pero para muchas personas con opiniones conservadoras también, y que ven la unidad familiar como una piedra angular dentro de nuestras sociedades, el derecho de todos, independientemente de la sexualidad, a crear una unidad familiar propia y feliz también puede ser apreciado como un verdadero logro.

Necesitamos buenas noticias en esta época de Covid-19. Y la experiencia de Irlanda con el matrimonio igualitario ha sido abrumadoramente feliz. 

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