Columna de Álvaro García: Tiempos de colaboración

Por Álvaro García, economista.
Chile enfrenta un período extremadamente desafiante. Sin un genuino espíritu y práctica de colaboración entre los diversos actores, es difícil imaginar que saldremos airosos de esta compleja situación.
En el terreno político. Gane el apruebo o el rechazo, el desafío es gigante. Si gana el apruebo habrá que legislar sobre muchos temas complejos que ha comprometido el gobierno y que la nueva Constitución mandata. Ello en un Parlamento donde el gobierno es minoría y sobre temas en las cuales existen grandes diferencias. Si gana el rechazo el desafío es aún mayor; habrá que convenir un nuevo proceso constituyente, llevarlo adelante de buena manera y posteriormente legislar sobre lo convenido; un largo y complejo escenario político. Sin un gran esfuerzo de colaboración política es difícil imaginar que al país le irá bien. Para ello, la relación gobierno-parlamento será determinante, es allí donde es indispensable crear un espacio de colaboración política. Lograrlo es una gran responsabilidad del gobierno y sus partidos, pero también requiere una disposición a colaborar por parte de la oposición. Un gran desafío en el escenario de conflicto y división en que se encuentra actualmente la política nacional. Por el bien de Chile es necesario avanzar hacia la colaboración política.
En el terreno socio-económico, donde principalmente se juega el apoyo y la confianza ciudadana, el desafío no es menor. Iniciamos un proceso recesivo que reducirá la cantidad y calidad del empleo; los salarios ya vienen cayendo. Se suma a ello una significativa caída en la inversión, que ya era insuficiente para crecer; lo que compromete el desarrollo en los años venideros. Un fisco constreñido por el endeudamiento y el déficit fiscal. Todo dentro de un panorama internacional nada de halagüeño, con lento crecimiento (aunque superior a Chile) y alta inflación. Además del proceso de calentamiento global que afecta de manera particular a Chile. A ello se suman los múltiples conflictos internacionales.
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Sin una relación de confianza y colaboración entre los principales actores de la economía (Estado, empresarios, trabajadores y organizaciones de la sociedad civil), Chile seguirá estancado o incluso retrocediendo en su ingreso por persona. Ello, por supuesto, dificulta o imposibilita que el gobierno cumpla con todos los compromisos sociales que adquirió y que el proceso constituyente reforzó -cualquiera sea el resultado- al garantizar los derechos sociales y ambientales. Generar comprensión y colaboración social, frente a este complejo escenario, como también lograr resultados en al menos algunos de los compromisos, son condiciones de éxito para la armonía social y el compromiso ciudadano con las tareas que debe enfrentar el país.
En la actualidad los desafíos del desarrollo sostenible (económicos, sociales y ambientales) no tienen un lugar donde se encuentren los actores llamados a enfrentarlos de manera colaborativa. Tampoco existe una práctica de diálogo constructivo y una relación de confianza entre los actores; condición básica para que exista colaboración. Generar un espacio de encuentro que conduzca a la colaboración es indispensable. No se requiere inventar la rueda, porque son múltiples los países que frente a desafíos como los que enfrentamos; lo han hecho y con éxito. Nuevamente la responsabilidad fundamental es del gobierno; el único que puede convocar y apoyar ese espacio; pero se requiere de una disposición a colaborar por parte de los otros actores con el gobierno y entre sí.
Que el gobierno conduzca y los principales actores respondan positivamente a un gran esfuerzo de colaboración es una tarea indispensable para el presente y futuro. Por el bien de Chile, asumamos que son tiempos de colaboración y actuemos en consecuencia.
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