Columna de Jorge Heine: Discurso del Presidente en la ONU
Es una medida de la crisis de la ONU como entidad comprometida con la causa de la paz, que la orden de proceder con el bombardeo a Beirut que terminaría con la muerte de Hassan Nasrallah, el líder de Hezbolá, la milicia chiita basada en el Líbano, fue dada por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu desde Nueva York, poco antes de dar su discurso ante la Asamblea General de la ONU. El mundo atraviesa por un mal momento, una verdadera “policrisis”. En esa óptica, ¿qué rescatar del discurso del Presidente Gabriel Boric, ampliamente citado por la prensa internacional, incluyendo el New York Times?
En su centro estuvo la reiteración del compromiso de Chile con la democracia y los derechos humanos. Sus críticas a las recientes elecciones en Venezuela y al impacto que la crisis venezolana ha tenido en la región y en Chile, en que habrían llegado 800.000 venezolanos, han sido ampliamente comentadas. Para algunos, esto no es suficiente, y se ha cuestionado el que no haya hecho referencia a la situación de Cuba. Esta es sui generis. Por una parte, el régimen político es el mismo que ha gobernado el país desde hace 65 años, y con el cual Chile en democracia ha tenido relaciones diplomáticas normales, algo muy distinto a lo que hemos visto con Venezuela en los últimos meses.
Por otra parte, si hay un hecho nuevo en Cuba, este se refiere a las sanciones que le ha aplicado Estados Unidos, “apretando las clavijas” cada vez más al embargo económico de larga data. En sus últimos días en la Casa Blanca, y en un guiño a los cubanoamericanos en Miami, el Presidente Trump declaró oficialmente a Cuba “Estado promotor del terrorismo”, algo absolutamente falso. Esto tiene consecuencias muy negativas para las relaciones comerciales, financieras, y de inversión de Cuba con el resto del mundo. Expone a otros países, empresas e individuos a cuestionamientos de Washington por hacer negocios con un “estado terrorista”. Aunque muchos pensamos que el Presidente Biden levantaría esta medida, ello no ocurrió y se mantiene vigente.
Ello es parte del uso y abuso arbitrario que hace Washington de las sanciones económicas ante la menor discrepancia con otros gobiernos, y que tiene a la tercera parte de la población del mundo viviendo en países sometidos a sanciones económicas de un tipo u otro. Hace bien el Presidente Boric en oponerse a ellas y trasmitirle al Presidente Biden su deseo que las reconsidere.
A su vez, el discurso presidencial en la ONU, con una mirada de futuro, hizo un llamado a regular internacionalmente la Inteligencia Artificial (IA). Esto que puede parecer algo muy de nicho, no deja de ser clave. Ya hemos visto lo que ha pasado con internet, no regulado por una entidad multilateral, y que ha terminado en un régimen regulatorio débil y desbalanceado.
En una época muy obsesionada con el aquí y el ahora, fue un repicar de campanas para levantar la mirada y considerar el mañana.
Por Jorge Heine, profesor de Relaciones Internacionales, Universidad de Boston