Columna de Juan Carvajal: “La suerte está echada”



Esta frase que se atribuye a Julio César, luego de cruzar el río Rubicón con sus legiones, bien sirve para graficar lo que nos aprontamos a enfrentar en pocos días más en Chile. En un ambiente de alta virulencia, poca claridad y confusión que se ve reflejado en la franja electoral, se va llegando a los últimos días de campaña, donde los partidarios del Apruebo no lograron aunar un mensaje único que le diera un sentido épico a su cruzada y los del Rechazo lograron sacar con éxito de la escena a sus líderes más representativos, en un afán por desligar dicha opción de la histórica oposición del sector a reformar la Constitución del 80.

Para quienes pensamos que la franja tendría un rol clave en la inclinación del voto ciudadano, un estudio del CNTV de los primeros 12 días de franja entrega algunas pistas. El rating promedio sumado de los canales de alcance nacional en horario prime arrojó un 36,4, con una leve caída de audiencia los fines de semana y un repunte de ésta los días lunes. Este mismo estudio constató que el público de la franja es mayoritariamente femenino y que la permanencia en pantalla de jóvenes entre 18 a 34 años ha sido muy alta en el horario de mediodía. En relación a la fidelidad o permanencia en pantalla, se observó que en el horario prime ésta aumenta en el segmento de 35 a 49 años.

Sin embargo -y pese a que millones de personas han visto en algún momento la franja- los datos no dan pistas de que la publicidad electoral se haya transformado en un factor de definición del voto indeciso o que, a estas alturas, vaya a marcar una inflexión sustantiva que modifique las preferencias ciudadanas.

Así, a 11 días del plebiscito de salida, si en algo parece haber coincidencia es que ya abortó la posibilidad de un resultado contundente e indiscutible que le dé sustento a un proyecto constitucional representativo de la mayoría de los chilenos. Ello porque, de ganar el Apruebo, el texto tal como emanó de la Convención será sometido a reformas, y de triunfar el Rechazo, a partir del día siguiente se deberían comenzar a buscar los mecanismos para la elaboración de una nueva Carta Magna. La noche del 4 de septiembre, lejos de culminar el camino iniciado el 15 de noviembre del 2019, más bien estará marcando el inicio de un nuevo proceso constitucional cuyos ribetes, desarrollo y extensión, nadie está hoy en condiciones de precisar con claridad.

Es fundamental que gobierno, Parlamento y partidos políticos tengan en cuenta que la incertidumbre que se generará a partir de los resultados electorales exigirá de todos los actores institucionales generosidad, certezas, proyecciones estratégicas de largo plazo y, por sobre todo, estar a la altura del tremendo desafío de liderazgo que deberán asumir. Es un camino complejo que debería concluir con un gran acuerdo político, social y económico que se sancione ciudadanamente y que dé viabilidad a ese compromiso truncado con un pueblo que espera contar con una nueva Constitución para Chile.

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