Columna de Paula Escobar. Compromiso de Chile Vamos: ¿Dónde quedó la paridad?



Los partidos de Chile Vamos (RN, UDI, Evópoli) ya pusieron sobre la mesa los cambios que estarían dispuestos a hacer si gana el Rechazo, planteando “rescatar e incorporar al menos los siguientes contenidos que responden al anhelo de una nueva Carta fundamental”. Son 10 puntos, entre los que se incluye el Estado social y democrático de derecho, la modernización y ampliación de los derechos fundamentales, el reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas, entre otros.

De género, poco. (De hecho, la palabra “género” no la encontré). Sí se alude dos veces a las mujeres. En el punto 2: “Debemos incorporar derechos fundamentales y deberes del Estado respecto de grupos vulnerables e históricamente postergados, como mujeres, adultos mayores, discapacitados, niños, niñas y adolescentes en toda su diversidad, asumiendo compromisos concretos que permitan mayor acceso, integración y dignidad para cada uno de ellos”.

Y en el punto 3: “Más democracia y participación para el bien común”, dice que “esto demanda, entre otras cosas, garantizar la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres”.

Es un reconocimiento valioso, pero poco claro. E insuficiente respecto de la propuesta de nueva Constitución.

Porque una de las mayores innovaciones y aportes del nuevo texto constitucional es justamente su énfasis en la igualdad de género. Está presente desde conformación paritaria de la Convención y está muy profundamente arraigada en el texto mismo: más de 20 artículos aluden explícitamente al género. Partiendo por el artículo que consigna que Chile es una “democracia paritaria”, aprobado por más de 2/3, que plantea que “el Estado reconoce y promueve una sociedad en la que mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexogenéricas participen en condiciones de igualdad sustantiva”. Esta condición será “reconociendo que su representación efectiva en el conjunto del proceso democrático es un principio y condición mínima para el ejercicio pleno y sustantivo de la democracia y la ciudadanía (...). “Todos los órganos colegiados del Estado, los órganos autónomos constitucionales y los órganos superiores y directivos de la Administración, así como los directorios de las empresas públicas y semipúblicas, deberán tener una composición paritaria que asegure que, al menos, el 50 por ciento de sus integrantes sean mujeres”, señala.

Luego está el reconocimiento constitucional de los derechos sexuales y reproductivos (que la ley se encargará de regular en sus plazos y límites), así como el derecho al cuidado, lo cual es muy relevante, pues es una labor que habitualmente no es remunerada y que recae sobre las mujeres. Eso, por citar algunas de sus propuestas relevantes en materia de género.

¿Qué propone “rescatar” de toda esta robusta propuesta Chile Vamos?

No sabemos, pues no detalla cuáles son los “derechos fundamentales y deberes del Estado” que quiere incorporar respecto de las mujeres (y las diversidades y disidencias sexogenéricas, que tampoco las encontré nombradas). Tampoco dice cuáles son los “compromisos concretos”, en qué se traduce “garantizar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.

En definitiva, hay minimalismo y/o vaguedad.

Pero el peso de la prueba está en ese sector, en general contrario a la acción afirmativa o las cuotas, y para qué decir los derechos sexuales y reproductivos: la derecha objetó el 2007 la píldora del día después y el 2017 luchó férreamente contra la despenalización de la interrupción del embarazo en tres causales. Y en 2015, cuando la derecha impugnó la modificación del sistema binominal y lo sustituyó por uno proporcional, además cuestionó las “cuotas de género”. El TC desechó su requerimiento y el argumento.

La igualdad sustantiva de género es un anhelo transversal en la sociedad chilena y un objetivo prioritario en el mundo. Es uno de los 15 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, es decir, de los más cruciales para el futuro de la humanidad.

Y Chile y el mundo están al debe. ¡La igualdad tomará 132 años!, según el nuevo informe del Foro Económico Mundial -el Global Gender Gap Report-. Chile saca mala nota: está en el lugar 47 de 146 países y el país número 12 a nivel latinoamericano, región que, con su nivel actual de progreso, cerrará las brechas en promedio en 67 años, según el WEF.

El mal desempeño de Chile, sumado a los retrocesos en materia de género por la pandemia, hace aún más urgente que la igualdad sustantiva sea prioridad en el nuevo pacto social. Que sea un nuevo piso civilizatorio, una política de Estado.

Si gana el Rechazo, ¿qué pasaría con todos y cada uno de aquellos derechos en materia de género que este nuevo texto constitucional propone?

Si algunos de estos son una “línea roja” para Chile Vamos, deberían explicitarlo, para votar informadamente el 4 de septiembre.

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