Columna de Rodrigo Durán: Chile ad portas de un nuevo Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial

Inteligencia artificial
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Revoluciones tecnológicas en la historia ha habido muchas, todas ellas acompañadas de la incertidumbre de no saber cómo impactará en el día a día de las personas, porque el temor ante el cambio es un mecanismo evolutivo de supervivencia. La IA es una tecnología que tiene más de 50 años, sin embargo, el 2022 marcó un hito importante en su evolución con la irrupción de Chat GPT: se masificó la interacción entre humanos y máquinas a través del lenguaje natural. Con tan solo hacer una pregunta a un modelo de IA ya tienes una respuesta instantánea, fluida y coherente, muy cercana a una conversación humana. Esta es solo una pequeña muestra del enorme potencial de la inteligencia artificial.

Esta revolución es una gran oportunidad para el crecimiento económico, y no deja indiferente a ningún país. Estados Unidos alberga muchas de las empresas tecnológicas más grandes e influyentes del mundo en materia de IA; la Unión Europea fue pionera en la promulgación de la primera ley para regular estos sistemas; China, por su parte, está invirtiendo fuertemente en IA y busca convertirse en una potencia mundial en esta tecnología… ¿y Latinoamérica? ¿Sabemos cómo sacar el mayor beneficio de este periodo histórico?

Saber qué terreno estamos pisando e identificar nuestras capacidades como región es el primer paso antes de avanzar en cualquier dirección. El Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), un estudio liderado por Cenia que mide el estado de avance de la IA en la región, viene a cumplir este rol. La primera versión de este estudio ubicó a Chile en el primer lugar de ranking, transformándonos en líderes de esta tendencia en Latinoamérica, principalmente por nuestro nivel de infraestructura y madurez del ecosistema científico.

El gran aprendizaje que nos dejó el ILIA en su versión 2023 es que no existía antes de este estudio un punto de referencia en América Latina que nos permitiese entender cuál era el estado de madurez de los ecosistemas de IA en la región. Por otra parte, la comparación entre países nos permitió ver cómo ha permeado la IA en políticas públicas e industrias de referentes regionales como Brasil, Colombia y México, con contextos culturales y sociales relativamente similares, lo que nos abre a la oportunidad de compartir y replicar experiencias culturalmente semejantes y exitosas.

Existe inquietud acerca de cuál es el talento humano necesario para enfrentar esta revolución, y el impacto de la automatización en el mundo laboral, sobre todo con los modelos generativos de tipo Chat GPT (Open AI) o Gemini (Google), que de alguna manera exigen capacidades definitivamente humanas. Estas preocupaciones no han sido indiferentes para Cenia, y por esta razón, hemos decidido incluir un enfoque especialmente dedicado al impacto de la IA en el mundo del trabajo en nuestra segunda versión del ILIA, que se publicará en septiembre.

El potencial de la inteligencia artificial no es automático. No se trata de enchufar IA y esta comenzará a funcionar por arte de magia. Durante el proceso de investigación y análisis que ha significado la construcción del ILIA, nos dimos cuenta de un requisito base para comenzar a desarrollar IA y ser realmente competitivos en esta nueva realidad: la capacidad de cómputo de los países y su nivel de infraestructura.

Identificamos una brecha relacionada con la capacidad de cómputo local y su impacto para el entrenamiento de modelos. Cada nación es responsable de tomar las acciones necesarias para reducir la brecha, sin embargo, conocer casos de éxito de otros países de la región es un ejercicio fundamental de colaboración y un insumo útil para aplicar nuevas estrategias. En el caso de nuestro país, el Estado junto a CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) están trabajando en un proyecto que ya está en una etapa de estudio de preinversión para desarrollar en Chile, República Dominicana y en dos países más de la región, para implementar centros de súper cómputo con énfasis en IA, con una inversión estimada de 300 millones de dólares en total.

La IA tiene el potencial de aumentar de forma muy significativa (de cuatro a ocho puntos adicionales), la productividad en algunos sectores económicos, y es una herramienta que puede optimizar algunos procesos en la cadena de valor de una industria, sea minería, salmonicultura, forestal o logística; para esto, una buena estrategia para la región es enfocarnos en las industrias que ya conocemos, y luego identificar soluciones que podamos desarrollar y exportar el día de mañana.

Nuestro deber es iluminar la caja negra de la IA, comprendida como un bien público, y desde ahí establecer límites, hacer regulaciones, entender cómo operan estos sistemas en sus componentes técnicos, aspectos aún nebulosos para la comunidad en general. Es tiempo de tomar una decisión ¿queremos ser seguidores o pioneros? Esta decisión trasciende a lo tecnológico, estamos frente a un nuevo paradigma en innovación. Por ahora, esperemos qué novedades trae el ILIA 2024 para trazar nuevos rumbos.

Por Rodrigo Durán, gerente Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA)