Columna de Sandra Quijada: Doble click a la economía digital

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En los próximos días tendremos un nuevo cyber day, uno de los eventos más importantes del año para un sector al que se suman cada vez más empresas que, además de estimular las ventas, generan un uso intensivo del comercio electrónico; un comercio electrónico cada vez más relevante como componente en la medición de la economía digital, ya que no solo requiere la apertura de nuevos canales de venta y la transformación digital de las empresas, sino que su éxito depende de que una serie de sistemas funcionen adecuadamente, como la infraestructura de tecnologías de la información; la producción y distribución de productos a tiempo, y sistemas de pagos confiables.

En un trabajo reciente en el Centro de Estudios Públicos, con Rodrigo Vergara indagamos sobre las distintas aristas de la economía digital que, a pesar de tener una definición flexible por la naturaleza y velocidad de sus cambios, de una u otra forma tienen en común al comercio electrónico.

En primer lugar, observamos un gran cambio en el acceso a internet. En 2000, según Casen, solo 8,7% de los hogares tenía conexión a internet; en 2022, está cifra llegó a 93%, muy similar al 94% publicado por la Subsecretaría de Telecomunicaciones en su décima “Encuesta sobre acceso, usos y usuarios de internet en Chile” (2023), con un uso diario de internet de 92,5%. Sus resultados también indican que si bien la principal razón para tener internet en el hogar es la comunicación con otras personas (69,8%), un 32,9% declara que les facilita las compras online y acceso a plataformas de comercio electrónico.

Los datos de la Cámara de Comercio de Santiago indican que previo a la pandemia, solo 30% de las personas compraba en línea, una cifra que se dispara en 35 puntos en 2023, de la mano de la transformación digital de las empresas. Para este 2024 se proyecta un crecimiento de 8% del e-commerce.

El principal medio de pago en el comercio electrónico es la tarjeta de débito (79%), seguido por la de crédito. En la última década, el uso de las tarjetas como medio de pago ha aumentado 29 puntos porcentuales y ya se están abriendo camino nuevas formas de pagos, tales como billeteras digitales, tarjetas de prepago y criptomonedas.

En el mercado laboral, el desarrollo y uso masivo de aplicaciones de transporte y distribución de bienes ha generado un aumento de puestos de trabajo (repartidores, emprendedores, influencers, entre otros). Los datos experimentales de la Encuesta Nacional de Empleo del INE para el trimestre móvil dic. 2023-feb. 2024 estiman que un 2,8% del total de ocupados desempeña su trabajo mediante plataformas digitales. Si bien es un pequeño porcentaje aún, debemos poner atención a indicios que podrían ser preocupantes: un 45% de esos ocupados son mujeres que han cuadruplicado su participación desde 2020. De ellas, un 38% son las principales proveedoras del hogar y 62% son informales. La participación de las mujeres en estos puestos de trabajo está creciendo sustancialmente, y esta alza no sería bajo las condiciones de estabilidad y seguridad social requeridas para un empleo de calidad.

Como nos muestran los datos al investigar y hacer un doble click, el comercio electrónico ha avanzado rápidamente con cambios en los hábitos de consumo, en los procesos de las empresas, en el empleo y en el soporte tecnológico requerido, lo que sin duda se seguirá desarrollando. Por lo tanto, tenemos grandes desafíos que enfrentar para sacar el máximo provecho del crecimiento de la economía digital, tales como la educación digital, la regulación del mercado laboral y la actualización de la regulación sobre la protección y tratamiento de datos personales que se encuentra en tramitación desde 2017 en el Congreso.

Por Sandra Quijada, investigadora CEP

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