Opinión

Condena a Uribe en Colombia

El ex Presidente de Colombia, Alvaro Uribe. Foto: Reuters LUISA GONZALEZ

El impacto de la condena contra el expresidente Álvaro Uribe puede medirse en torno a tres escenarios. Primero, el escenario sociopolítico nacional. Lejos de provocar una movilización social desaforada, a favor o en contra, los colombianos han asumido la situación con sensatez y confianza en los estrados judiciales. Y lo han hecho a pesar de la polarización extrema en que vive el país, porque el expresidente ya no tiene expectativas electorales evidentes, aunque varios de los precandidatos de la derecha quisieran contar con él como su fórmula vicepresidencial.

Segundo: el que tiene que ver con las perspectivas electorales de la izquierda, justo cuando las encuestas son altamente desfavorables al Presidente Gustavo Petro y los precandidatos de su entorno prefieren tomar prudente distancia de su jefe natural. En ese sentido, Gustavo Bolívar, el mejor ubicado en las encuestas, se verá sensiblemente desafiado por el senador Iván Cepeda, intelectual reconocido, heredero de una corriente tradicional de la izquierda y principal protagonista legal de la derrota del expresidente.

Y tercer escenario: el que se refiere al futuro político del uribismo en particular y de la derecha en general. Al uribismo, altamente afectado por el atentado criminal contra el senador Miguel Uribe Turbay -favorito del expresidente-, le resultará muy difícil capitalizar la condena de hoy, o el eventual triunfo que podría producirse en la apelación, antes de octubre. De hecho, el propio Uribe lo sabe y, por tanto, querría designar como jefe del Centro Democrático e, incluso, como candidato del partido, a su propio hijo, Tomás, con el fin de superar las nefastas experiencias del pasado.

Nefastas, por haber escogido como sucesor a Juan Manuel Santos en 2010, quien a la postre se convirtió en su némesis; o a Iván Duque, en 2018, quien por sus desastrosos resultados de gestión terminó siendo el responsable del primer triunfo presidencial de la izquierda en Colombia.

Y por último, la derecha, en general, liderada por la perspicaz periodista Vicky Dávila -primera en las encuestas-, esgrimirá la condena a Uribe como un ejemplo más de persecución política, pero no se enfrascará de lleno en el asunto. Y no lo hará, precisamente, para no poner en riesgo su identidad como movimiento suprapartidista, posturibista, no maniatado y altamente aglutinador de la oposición y de los indecisos, incluyendo a aquellos desencantados de la derecha que terminaron votando por Gustavo Petro en el 2022.

En definitiva, la condena contra Uribe podría asemejarse a una tormenta tropical que, justo cuando toca tierra, afecta intensamente, pero pronto se debilita y se diluye, abriendo paso a un intensivo trabajo de reconstrucción e innovación colectiva.

Por Vicente Torrijos, Profesor Emérito de Ciencia Política.

Más sobre:CondenaLT SábadoUribeAlvaro UribePetroVicente TorrijosColombiapolítica colombiana

Contenidos exclusivos y descuentos especiales

Digital + LT Beneficios$3.990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE