Debate sobre condiciones del personal de Carabineros

Carabineros
Debate sobre condiciones del personal de Carabineros. ATON.

Ahora que la institución goza de un alto prestigio parece el momento adecuado para retomar una discusión integral sobre la institución y las condiciones en que el personal ejerce sus labores, entre ellas las remuneraciones.



La muerte de un sargento de Carabineros el fin de semana, quien en ese momento se encontraba realizando labores de guardia privado en un evento que se llevó a cabo en el Teatro Caupolicán -su fallecimiento se habría producido por un disparo accidental que realizó otro funcionario policial, quien también oficiaba de guardia, y que le valió la baja de la institución, lo mismo que a otra funcionaria-, ha abierto una serie de interrogantes respecto de los mecanismos de control que hay en Carabineros -pues se trata de una actividad que para los funcionarios está expresamente prohibida en la ley y en los reglamentos de la institución-, pero también ha vuelto a plantear el debate acerca de las condiciones económicas del personal policial, en particular respecto del nivel de las remuneraciones. Se ha esbozado como hipótesis que, ante sueldos poco competitivos, especialmente en los escalafones más bajos, el incentivo para buscar mayores ingresos se amplifica.

Este lamentable acontecimiento debería ser una oportunidad para retomar una discusión integral sobre Carabineros, que mire aspectos como las remuneraciones del personal, ascensos en la carrera funcionaria, los sistemas de incentivos, formación de los policías y todo aquello que permita asegurar que Carabineros cuente con el personal necesario para cumplir con sus labores fundamentales, en condiciones óptimas y suficientemente competitivas.

Las remuneraciones constituyen ciertamente una variable fundamental, pero a primera vista no resulta evidente que los sueldos estén especialmente desalineados del resto del mercado laboral, considerando que un funcionario del escalafón más bajo tiene una remuneración de entrada que bordea los $800 mil líquidos. No cabe duda en todo caso que el alto nivel de riesgo que hoy enfrenta el personal policial hace plausible pensar en un incremento de las remuneraciones. Con todo, no es solo este el problema que debería convocar la mayor atención. Es importante atender también a las razones que han llevado a un aumento de las licencias médicas, donde cerca de un tercio se explica por razones de salud mental, en línea con lo que observa en la población general. Al cierre del primer trimestre de este año se contabiliza un total de 21.126 licencias en Carabineros, de las cuales 6.454 corresponden a trastornos mentales y del comportamiento.

Las extenuantes condiciones que muchas veces debe soportar el personal destinado a labores operativas también es un factor que debe ser examinado, pues es frecuente que aparezca como una de las razones principales para abandonar tempranamente la institución.

En años anteriores se han conformado comisiones asesoras para introducir reformas a Carabineros en los más distintos ámbitos, pero a partir del adverso clima que se formó con motivo del estallido social se hizo imposible seguir avanzando en estos temas, lo que además llevó a un preocupante aumento del retiro, así como una fuerte caída en las postulaciones. Entonces proliferaron las voces de que había que “refundar Carabineros”, deslegitimando su autoridad, al punto que la confianza ciudadana en la institución cayó a niveles bajísimos. Hoy el cuadro es muy distinto, donde ante la crisis de inseguridad Carabineros aparece como una de las instituciones mejor evaluadas por la ciudadanía, y las voces que piden su refundación se han apagado. Parece entonces un momento propicio para volver sobre este debate largamente postergado.