SEÑOR DIRECTOR:

Cuando en los países no se reconoce la voluntad soberana de su pueblo en las urnas, es que están en un abismo. Este fin de semana, en Venezuela, el dictador Maduro y su entorno, han desconocido lo que miles de venezolanos alrededor del mundo han clamado: el fin al régimen chavista y poder vivir en una democracia en paz.

Asegurar que se ganaron elecciones con resultados irrefutables a la vista, es por lo menos, demencial. Muchos países objetan los comicios y, no reconocerlo, es un agravio a la democracia, y no solo de Latinoamérica, sino que del mundo. Chile, no ha estado ajeno a condenar la actitud del dictador Maduro, tanto el gobierno del Presidente Boric, como gran parte del oficialismo y la oposición en su totalidad, han sido taxativos.

Pero, el modo en su actuar del Partido Comunista de Chile, quienes vía comunicado de prensa no fueron capaces de invalidar lo ocurrido en Venezuela y las declaraciones de varios de sus militantes, solo nos viene a recordar que las democracias de los países siempre se deben cuidar, sobre todo por quienes han sido elegidos para aquello. Un paso en falso y puede ser fatal: Chile no es la excepción.

Cristhian Moreira

Diputado, integrante Comisión de Relaciones Exteriores