Opinión

El fondo pero también las formas

El Presidente Gabriel Boric participa en el encuentro de la pequeña empresa FOTO: KARIN POZO/AGENCIAUNO

SEÑOR DIRECTOR:

Cada vez es más común que el Presidente esté expuesto a manifestaciones de descontento con el actuar del gobierno. Él debe hacerse respetar, claramente. Es el Presidente democráticamente elegido de Chile. Pero la forma de hacerlo, en este caso, es tan importante como el fondo.

La honda frustración de la ciudadanía y la incapacidad de procesar sus demandas por parte de las fuerzas políticas, exige que el liderazgo que ejerce la máxima autoridad del país sea ejemplar en empatía y conciliación.

Si bien el Presidente continuamente aborda ambos valores, está lejos de encarnarlos. Lo hemos visto tratar mal a los periodistas, gritar a la audiencia, increpar por Twitter a una convencional, y decir a los chilenos que -a diferencia de él- vamos muy lento. Todo ello ahonda la frustración puesto que no solo no contamos con autoridades que resuelven los problemas, sino que además pierden la serenidad cuando la ciudadanía se manifiesta (con respeto o sin éste).

Para que el barco no esté a la deriva, el Presidente debe ser un ejemplo testimonial en todas sus acciones sin verse arrastrado por las pasiones. Sin eso, es difícil construir la confianza que devolverá a las instituciones, y al Presidente, su lugar.

Jesús Wulf

Socióloga Movimiento Acción Republicana

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