El gambito de AFP

18 DE NOVIEMBRE DEL 2020 MINISTROS, CRISTI�N MONCKEBERG, IGNACIO BRIONES Y MAR�A JOSE ZALDIVAR, DURANTE PUNTO DE PRENSA EN EL SENADO. FOTO: DEDVI MISSENE

A raíz de la serie de moda en Netflix, muchos han buscado esta palabra que identifica un conjunto de aperturas en el ajedrez. El gambito se denomina a la estrategia consistente en sacrificar un peón con el objeto de mejorar la posición en el centro del tablero y participar en el juego.

Esto es perfectamente aplicable a lo realizado por el gobierno al presentar un proyecto propio para el retiro de fondos de las AFP, en medio de la discusión en el Senado de la iniciativa para un segundo retiro. Al menos dejó de ser espectador, una posición que siempre incomoda al Presidente, y entró de lleno a la batalla.

Después de una semana donde el propio Presidente se refirió al tema, amenazando con ir al Tribunal Constitucional, esta jugada sorprende e hizo que muchos analistas este fin de semana arquearan las cejas y derechamente hablaran de rendición del gobierno. Pero bajo la lógica del gambito, la jugada puede tener otro sentido.

En primer lugar, ¿por qué el Presidente considera que el proyecto aprobado por los ciudadanos es inconstitucional, si firmó el primero? No hay mayor diferencia entre ambos, y el cambio de criterio hace pensar que el Ejecutivo se sumó a la larga lista de figuras políticas que opina que la Constitución actual está muerta y, por tanto, pasar por encima de ella no tiene costo. Resulta difícil explicar que este proyecto es inconstitucional, y el primero merecía la firma y aprobación por parte del Ejecutivo, que ni siquiera ejerció el derecho de veto.

El presidente del Banco Central y un sinnúmero de economistas, incluyendo al propio ministro de Hacienda, han hecho ver el alto costo que tendrán en el futuro estos retiros. En efecto, financian gasto de hoy, en algunos casos inversiones en emprendimientos o activos fijos; pero es a costa de una disminución sustancial del ahorro privado, que aumentará las dificultades para políticas previsionales en el futuro. El proyecto del Ejecutivo, aunque tiene varias válvulas que disminuyen dicho impacto, es una versión maquillada de lo mismo que fue criticado.

La razón de la popularidad de los retiros propuestos por los parlamentarios se basa en apreciaciones racionales de las personas y no esa especie de ignorancia populista que le atribuyen varios al pueblo. Las pensiones son ya bajas, y por tanto la percepción de un aparente daño adicional no existe. Por otro lado, las AFP son vistas como unas malditas que tienen secuestrados los fondos y se las arreglan para pagar bajas pensiones y mantener altos recursos en inversiones. También la crisis económica que vive el país a raíz de la pandemia del Covid-19 y el no cumplimiento de las promesas del actual Ejecutivo aumentan las necesidades de liquidez en los hogares y pequeños negocios.

Si estas son las razones, sonaba mejor ir al fondo de ellas y apostar por un acuerdo en pensiones que validara el sistema y permitiera a las personas sentirse dueños de sus ahorros para la vejez. También por fortalecer el Fogape y crear mecanismos de apoyo a las personas, con un costo menor para la economía que el retiro de los fondos de pensiones.

En cambio, el gobierno optó por la jugada corta para entrar de manera rápida a la discusión, y sacrificar piezas para mantenerse en el juego. En este caso, las que pagarán con su sangre serán las AFP, pues esta señal será leída como que el Ejecutivo comparte la idea de que los fondos secuestrados por las administradoras de pensiones tienen mejor uso en manos de las personas.

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