
El oportunismo de “No+Tag”

Por Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura
Las protestas y exigencias de la agrupación “No+TAG” no se corresponden con la realidad que vive el país ni con las necesidades de infraestructura, ambientales y sociales a las que nos enfrentamos.
En efecto, la eliminación del TAG debiera afectar el uso de las autopistas concesionadas. De ser así, éstas dejarían de cobrar por las obras realizadas y por los servicios prestados, beneficiando principalmente a quienes tienen automóvil. El resto de los usuarios, como son los taxis, los microbuses y los servicios de transporte de carga, cuando están formalizados, transfieren el costo del TAG a los usuarios, por lo que no lo pagan ellos.
Chile necesita más infraestructura vial para asegurar una mejor calidad de servicios y nuestra cadena logística, especialmente en momentos en que esta ha demostrado su fragilidad. Lo anterior sólo se logra con más inversión y lo razonable es que la paguen quienes se beneficiarían de esa infraestructura y mejor calidad de servicios. No es el momento de que el gobierno tome decisiones que favorecen a un grupo social que no es precisamente representativo de los más desfavorecidos.
La eliminación del TAG obligaría al Estado a financiar con recursos públicos la infraestructura vial actual y futura, lo que a su vez reduce la disponibilidad de recursos para proyectos con fines sociales, que sí ayudarían a una cantidad importante de la población y a aquellos menos favorecidos, en áreas como: educación, salud, pensiones y seguridad. Destinar recursos a obras de infraestructura que benefician únicamente los automovilistas en desmedro del resto de la sociedad sería un error.
La calidad de esas nuevas inversiones debe ser tal que se adecúe a los nuevos estándares que el ministro de Obras Públicas ha enunciado: beneficiando no solo a sus usuarios sino también a su entorno, contribuyendo a su vez a un mejor medioambiente. No cobrar por el uso de esa infraestructura iría exactamente en dirección contraria, incentivando el uso de vehículos particulares y con ello las emisiones y un mayor nivel de contaminación.
Quienes se ven afectados por los cobros de las autopistas, a diferencia de otros servicios como la energía y el agua, sí tienen opciones, como es usar vías alternativas. Si hay algo que la ciudad nos ofrece son distintas formas de llegar de un punto a otro, algunas más caras y otras más baratas, aunque más demandantes de tiempo.
En consecuencia, medidas como las propuestas por “No+TAG” no solo no son solidarias, sino que buscan beneficios oportunistas en contra de los intereses de las mayorías.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.