SEÑOR DIRECTOR

Quisiera destacar el anuncio de la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, sobre la eliminación de torniquetes en los nuevos buses de Transantiago, una medida que va en línea con la nueva normativa de accesibilidad universal que debe aplicarse en vías públicas, pasarelas peatonales y paraderos.

Además de los problemas de accesibilidad, los torniquetes aumentan los tiempos de subida de los pasajeros cuando el bus está detenido en el paradero. Esto ha sido demostrado por diversos autores mediante modelos, experimentos a escala real en laboratorio y observación en terreno. Incluso, se ha demostrado que puede producirse un "efecto dominio" en todo el sistema, ya que si un bus se demora más de lo considerado, el próximo no puede entrar a la zona de parada y aumentan las demoras para los usuarios.

Sin embargo, la accesibilidad no es solo física sino también funcional. Se necesitan nuevos diseños de paraderos que incorporen cambios de texturas de suelo, uso de colores e iluminación, entre otros elementos inclusivos para evitar caídas. ¿Y qué pasará con los buses existentes? Este desafío es todavía mayor. Las autoridades de transporte debieran ver esto como una oportunidad, pues de lo contrario seguiremos excluyendo del transporte público a quienes poseen movilidad o funcionalidad reducida.

Sebastián Seriani Awad

Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Universidad de los Andes